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Momento en el que Ricardo Guerra es metido en un furgón policial tras el juicio./ Archivo
El asesino de Zabaleta, sorprendido al meter droga en la cárcel tras un permiso
CUMPLE 17 AÑOS DE PENA POR ASESINATO

El asesino de Zabaleta, sorprendido al meter droga en la cárcel tras un permiso

El ultraderechista condenado a prisión por el asesinato del hincha de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en 1998, vuelve a estar en el ojo del huracán.

CARLOS HIDALGO

Viernes, 1 de junio 2012, 05:13

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Ricardo Guerra Cuadrado, el ultraderechista condenado a 17 años de prisión por el asesinato del hincha de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en 1998, vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, después de que la Policía le sorprendiera con una faja repleta de droga a su regreso de un permiso carcelario en el centro Victoria Kent de Madrid. Fue precisamente en otro permiso, hace trece años y medio, cuando Guerra Cuadrado, miembro del grupo neonazi del Atlético de Madrid 'Bastión', acuchilló hasta la muerte al joven guipuzcoano. Ocurrió, como se recordará, antes del inicio de un partido entre ambos equipos, en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón.

El pasado 17 de mayo, jueves, Ricardo Guerra regresaba de un permiso al centro penitenciario de inserción social Victoria Kent, donde cumple condena en segundo grado por el asesinato de Zabaleta. El ultra fue sorprendido en el pertinente cacheo de entrada con nada menos que 150 bellotas de hachís encima. Las llevaba en una bolsa azul, oculta en el interior de su ropa, a la altura del cinturón. En total, Guerra Cuadrado portaba 1.600 gramos de droga. La comisaría de Arganzuela recibió el aviso y quedó nuevamente detenido. Lo que se investiga ahora es si el asesino de Aitor Zabaleta pretendía meter el hachís dentro de la prisión para venderlo él mismo o si trabajaba para otro preso.

Buena parte del historial delictivo de Ricardo Guerra se ha desarrollado parcialmente en paralelo a sus permisos carcelarios. Cuando la noche del 8 de diciembre de 1998 apuñaló a Zabaleta por el mero hecho de ser vasco e hincha de la Real, disfrutaba del tercer grado, precisamente, en el mismo Victoria Kent.

Entonces, se encontraba preso en régimen abierto tras haber apuñalado a otro joven en una discoteca madrileña. Dormía en prisión de lunes a jueves y salía los fines de semana. Cuando esto se supo, la polémica no tardó en saltar, puesto que la Junta de Tratamiento había emitido un informe que desaconsejaba que se le diera el tercer grado por su personalidad agresiva.

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