Con una militancia incansable en defensa de los Derechos Humanos, aportando cifras tan escalofriantes como la de la crisis alimentaria «que se lleva aproximadamente 60.000 vidas humanas cada día» y sin pelos en la lengua a la hora de calificar de criminales las actuaciones de los gobiernos que en lugar de dedicar el dinero a erradicar el hambre en el mundo lo dedican a inyectar dinero a los bancos, el economista Arcadi Oliveres, levanta expectación allá donde lleva sus ideas. Este catalán, catedrático en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y presidente de la ONG Justicia i Pau, viajará este martes a Ermua para ofrecer una charla, en el Ermua Antzokia, sobre 'Las finanzas del Norte y del Sur'. La conferencia (19.30 h.) se inscribe en el programa de las Jornadas sobre la crisis de la deuda, que organiza el Consejo de Solidaridad y Cooperación Internacional de Ermua.
-¿Nos miramos demasiado el ombligo?
-Ha habido años en los que parecía que iba a mejor, pero durante los últimos años la situación de malestar se ha visto agravada porque los países del sur no han salido nunca de su crisis y ahora, al contrario, nos ha atrapado a los países del norte. La gente sufre por la falta de trabajo, por el aumento de desahucios, se carece cada vez más de servicios sanitarios y sociales. Entonces aquello que antes era un problema de dignidad para los países del Sur se ha convertido en un problema para los países del Norte.
-¿La crisis nos hace menos solidarios?
-Las crisis debería generar muestras de solidaridad. Antes ocurría. Había ollas populares en Argentina. La gente daba lo que podía. Sin embargo están apretando las tuercas cada vez más y habrá que ver la gente hasta donde llega.
-Usted afirma que se podía erradicar el hambre en el mundo.
-Le daré un dato escalofriante. En junio de 2008, la ONU se reunió para tratar de resolver el hambre haciendo inversiones en regadío, en caminos rurales, en pesca, etc, y se dijo que harían falta 50.000 millones de dólares al año para erradicar el hambre en el mundo, pero los gobiernos dijeron que era una cantidad excesiva para sus presupuestos. En septiembre de 2008, a raiz de la caida de Lehman Brothers, empezaron a inyectar dinero a la banca para salvarla. Según mis cálculos, porque estoy detrás de ello, se han dado 4 billones 600.000 euros, que son 92 veces más de lo que se pedía para erradicar el hambre.
-Ante estas injusticias, la gente se pregunta qué se puede hacer.
-Ante todo tomar conciencia. No hace un mes que la presidenta de Argentina nacionalizó Repsol y es la gran perseguida, pero lo mismo se hizo en Bolivia hace 6 o 7 años y se comprobó que Repsol hacía mucho daño, les quitaba el petróleo y apenas les pagaba. Lo mismo podía pasar en Argentina, pero hay medios de comunicación que nos confunden poniéndonos a nosotros como los mártires cuando quizá lo son ellos. Lo primero es tener la información contrastada, después asociarse para hacer protestas adecuadas y en último caso tener actitudes positivas de tipo personal. Hay que estar esperanzados porque nunca en la historia de la Humanidad hemos tenido tantos recursos.
-No se corta y califica de criminales algunas actuaciones de gobiernos.
-Sin ir más lejos el otro día nos visitó el presidente del Banco Central Europeo, que trabajó en la banca Goldman Sachs, de la que dimitó uno de sus directivos, hace unas semanas, por las perrerías que están haciendo en todo el mundo. Estamos en manos de delincuentes y se puede decir claramente.