Ofensiva del PNV ante la «provocación» de las maniobras militares en Elgeta

El PNV salió ayer en tromba a denunciar la «provocación» que, a su juicio, suponen las maniobras militares que el Ejército programó el pasado martes en la localidad guipuzcoana de Elgeta, el mismo día en que se conmemoraba el 75 aniversario de la toma del municipio por las tropas franquistas, el 24 de abril de 1937. En medio de una intensa agenda de actos de recuerdo y homenaje a las víctimas de los bombardeos sobre la población civil vasca, de los que también se cumplen ahora tres cuartos de siglo, los jeltzales plantearon una ofensiva política en toda regla para deplorar los ejercicios de adiestramiento de las tropas españolas en tan señalada fecha e incluso para exigir explicaciones y la «depuración de responsabilidades en la cadena de mando» militar.

El delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, respondió a esta solicitud y lamentó en nombre del Ejecutivo la «manipulación torticera» de los nacionalistas. Salió también en defensa del Ejército que, según recordó, realiza este tipo de maniobras con carácter habitual -se han desarrollado una veintena de prácticas de este tipo desde febrero-, «sin entorpecer» en ningún caso la vida cotidiana de los ciudadanos.

Un día después de que el alcalde de Elgeta -el parlamentario de Aralar Oxel Erostarbe- criticara junto a los ediles del PNV y Bildu la «provocación» del Ejército, las altas instancias del partido jeltzale profundizaron ayer en su queja: el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, en un acto en Eibar en conmemoración del bombardeo en esa localidad; el diputado general de Bizkaia, en un evento oficial en la Universidad de Deusto, y la diputada Arantza Tapia en el Congreso, donde registró una pregunta para exigir explicaciones al ministro de Defensa, Pedro Morenés, sobre la coincidencia de las maniobras con el aniversario de la toma de Elgeta tras la caída del frente de Intxorta. Todos ellos denunciaron una coincidencia que, dijeron, «no es casualidad» sino -en palabras de José Luis Bilbao- «una humillación para quienes somos herederos de quienes perdimos la guerra».

En plena carrera preelectoral y con el aliento de la izquierda abertzale en la nuca, el PNV de Urkullu está endureciendo el tono de sus mensajes, sobre todo aquellos que tienen que ver con instituciones del Estado.

Si la semana pasada el líder del EBB proclamó el «republicanismo» del PNV a rebufo de la cacería del Rey en Botsuana, ayer le tocó el turno al Ejército, al que el presidente peneuvista acusó de tener «una mentalidad belicista y provocadora», como, a su juicio, demuestra «su presencia en tierra vasca» en «días tan señalados». «Solo consiguen concienciar a este pueblo de la inutilidad de la fuerza, la violencia y la imposición», clamó, en tono épico.

Reabrir heridas

El mismo que empleó Bilbao, que advirtió de que, en pleno proceso de «normalización» de Euskadi, hechos comos los ejercicios militares en Gipuzkoa, programados en su opinión con una intención «nada inocente», abren «heridas que creíamos cerradas». «Me parece una falta de respeto, un insulto y una provocación», insistió el diputado general, que habló en primera persona del plural porque, según desveló, tuvo «el honor» de conocer al comandante Beldarrrain -el mando del frente vasco en Elgeta- y escuchar su testimonio sobre los fusilamientos y violaciones tras la toma de la localidad guipuzcoana por tropas franquistas. Finalmente, Tapia recordó que «nadie ha pedido perdón» a las víctimas de Elgeta y lamentó que el Ejército haya entrado allí «otra vez».

Urquijo, a quien la izquierda abertzale acusó de «amparar» las maniobras, lamentó que se «utilice políticamente» algo que los vascos «no sienten mayoritariamente como una preocupación». «Solo políticos obsesionados con nuestra historia pueden pensar que el Ejército prepara el calendario de formación de sus soldados en función de las vicisitudes históricas de España. Es sencillamente ridículo», recalcó el delegado del Gobierno, que se declaró «orgulloso del papel internacional» de las tropas.

Desde la delegación se subrayó que la Brigada de Infantería Ligera San Marcial -la que maniobraba en Elgeta, desplegada en los cuarteles de Araka, Mungia y Loiola- es la misma a la que pertenecía, por ejemplo, el sargento Joaquín Moya, muerto de un disparo en Afganistán en noviembre. «No van a entrenarse en un patio, se preparan para misiones importantes», apostillaron. El portavoz de Defensa del PP en el Congreso, Vicente Ferrer, recriminó al PNV que cargue contra el mismo Ejército que «defiende a los pesqueros vascos en el Índico».