EL CORREO publica mañana un especial sobre el bombardeo de Gernika

El 26 de abril de 1937 una escuadrilla de aviones alemanes e italianos, conocida como la Legión Cóndor, arrojó 30 toneladas de explosivos sobre Gernika, con una población de cinco mil habitantes y símbolo de los fueros vizcaínos. En un momento clave de la Guerra Civil, Franco pretendió con el bombardeo desmoralizar a las fuerzas republicanas, mientras que el jefe de la fuerza área de los nazis, Hermann Goering, se lo planteó como una ocasión para poner a prueba su potencial destructor. Casi un mes antes, el 31 de marzo, la aviación italiana había bombardeado Durango.

Gernika quedó arrasada y su aniquilamiento ha pasado a la historia como un permanente ejemplo de la barbarie fascista. EL CORREO se ha sumado a la conmemoración de aquellos sucesos, ocurridos hace 75 años, con la publicación de un suplemento de 32 páginas que se incluirá en el periódico de mañana. En él se analizan los hechos, se habla con los supervivientes, se valoran las consecuencias de la destrucción de la villa, que todavía se sienten hoy.

Además, elcorreo.com colgará mañana en la web un especial con vídeos, gráficos, testimonios y comentarios del historiador Imanol Villa, en una narración que abordará los hechos como si ocurrieran en el momento de su lectura.

En cuanto al suplemento, el lehendakari Patxi López; el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao; y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, abrirán el cuadernillo con sus respectivas evaluaciones del bombardeo. A ellas les sigue un relato de Anjel Lertxundi sobre una superviviente a la que invitan a un congreso en Berlín para que aporte sus recuerdos. A continuación se reproduce el artículo del corresponsal de 'The Times' de Londres, George L. Steer, que informó de la tragedia que los nazis querían esconder. Tres víctimas de los bombardeos, dos de Gernika y uno de Durango, rememoran sus impresiones de los hechos acontecidos cuando eran niños.

El relato de aquellas horas está narrado por el historiador Xabier Irujo Ametzaga, y el también especialista Ludger Mees analiza su valor simbólico. El profesor Santiago de Pablo aborda la transformación de la tragedia en instrumento de propaganda, especialmente por el bando franquista, que explicó los hechos por un incendio causado a propósito por los republicanos.

El cónsul alemán en Bilbao, Horst-José Boogen, se desplaza a Gernika, y el alcalde de la villa, José Mari Gorroño, y la alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, rebuscan en la memoria de sus pueblos. No podía faltar el 'Guernica' de Picasso, así como la lucha por su traslado a Euskadi. Un reportaje sobre ciudades bombardeadas, como Coventry y Sarajevo, precede al texto de Kepa Aulestia sobre el símbolo de Gernika en las diferentes facciones del nacionalismo vasco.