Durango goza de «buena salud económica»

El grupo jeltzale que gobierna Durango ha querido aclarar que, «una vez liquidado el ejercicio de 2011», el Ayuntamiento de la localidad «ha podido saber que, a fecha de hoy, la situación económica es muy buena». Con estas declaraciones, la alcaldesa «desmiente» las informaciones divulgadas en los últimos tiempos en las que se ponía en duda la buena salud financiera de la institución local. «Quiero pensar -explica Aitziber Irigoras a través de una nota de prensa- que no son consecuencia de la mala fe de quienes daban la información, sino que provienen de su ignorancia».

Según los datos facilitados en el comunicado, el Ayuntamiento de Durango redujo el año pasado el gasto en un 11%, mientras que los ingresos corrientes previos «tuvieron una ejecución de prácticamente el 100%». Asimismo, y aunque en el presupuesto de 2011 se contemplaba solicitar un préstamo de unos 3 millones de euros , éste no se llegó a formalizar «dado que la situación económica lo permitía», matiza Irigoras.

El remanente disponible actualmente se eleva a unos 950.000 euros a pesar de que, en palabras del grupo jeltzale, se mantienen «los compromisos adquiridos anteriormente». Entre ellos se hace mención a la ejecución tanto del vial que unirá Tabira con Montorreta, así como del centro cívico previsto en el barrio de San Fausto. Para ambos proyectos «hay dinero guardado».

La alcaldesa remarca también que, en el borrador de presupuestos que ha presentado su partido para 2012 y para el que acaba de concluir el plazo de enmiendas, «se ha contabilizado la devolución» de casi 3 millones a la Diputación dentro del fondo Udalkutxa, «lo que supondrá un gran desahogo para ejercicios futuros». El Ayuntamiento debe pagar algo más de 1 millón del año pasado y casi 1,9 de una deuda correspondiente a 2009 «que ningún municipio del territorio histórico pagó debido a la difícil situación económica que atravesábamos en aquel momento».

Irigoras tiene claro que, para 2012, «hay que seguir manteniendo los criterios de prudencia y racionalización del gasto» con políticas enfocadas en disminuir el gasto y acercando «los ingresos obtenidos por la prestación de los servicios a su coste efectivo». «Un Ayuntamiento no es más una gran economía doméstica, por lo que debemos intentar ingresar más y mejor, y gastar menos y mejor», concluye la alcaldesa.