«Limpia, coqueta y muy verde, Vitoria es una joya»

La capital de Euskadi enamora, lleve el sello 'Green' o no. Vitoria conquista, sin excepción, los corazones de los turistas que se acercan intrigados a descubrir sus secretos. Les sorprende su «limpieza», su «historia» y su «respeto por la naturaleza». Desde la Virgen Blanca hasta los humedales de Salburua. De la plaza de España a la catedral de Santa María. Lo mismo ocurrió ayer, cuando cientos de visitantes de Cataluña, Madrid, Alicante, Euskadi y hasta Argentina, aprovecharon que la capital alavesa andaba casi vacía de vitorianos para llenar de cámaras, mapas y cantimploras los rincones más emblemáticos la ciudad. Los vistosos folletos con los que la muy concurrida oficina de Turismo les agasajaba abrían el apetito para adentrarse en una urbe especialmente de moda que, a pesar de la lluvia, cumplió las expectativas. Sirvan estas historias de ejemplo.

Félix y Vicky Cuenca y Barcelona

«Esta ciudad ha cambiado mucho en 25 años»

Para Félix y Vicky aterrizar el miércoles por la mañana en Vitoria fue un lío. No la recordaban así. «Hice la 'mili' con un compañero que era de aquí, así que él me trajo en el año 1981 de turisteo», explicaba el marido, nacido en Cuenca, pero residente en Barcelona. «Está todo cambiadísimo, ni reconocía las zonas más características del centro», apuntaba sorprendido mientras, mapa en mano, intentaba situarse en la capital alavesa y esperaba a que se formara grupo para «una visita guiada» desde la plaza de España. «Es precioso este rincón, me recuerda a Salamanca, pero es más recogido», reconocía ella. «Vinimos de casualidad, porque nos caía de paso y paramos a recordar viejos tiempos». El motivo del desplazamiento que les llevó a hacer escala en la 'Green' es más solidario. Vicky es pediatra y junto a su marido y la asociación vizcaína de diabéticos comandará un viaje saludable para decenas de chavales este verano. «Vamos a ir de Bilbao a Santander, siguiendo la ruta del Camino de Santiago, y ahora hemos venido a tantear el terreno», reconocía contenta e ilusionada.

Jorge y Noelia Murcia

«Nos gustaría poder comprar más souvenirs»

Una única pega pudieron ponerle los murcianos Jorge y Noelia a su estancia en Vitoria. «No hay casi tiendas de 'souvenirs', y queríamos llevarnos recuerdos y productos típicos para regalárselos a nuestros amigos», reprochaban a las puertas de la oficina de Turismo. Que apunten los comerciantes. A esta joven pareja de murcianos, desde que llegaron el lunes, todo lo demás les ha parecido de matrícula de honor. «Venimos de un lugar donde todo es seco y marrón, y nos hemos encontrado con una ciudad tan verde y con un entorno tan bonito rodeado de montaña que es una gozada», alababan estos enamorados, a quienes ni la lluvia les empañará el recuerdo. «Hemos visitado la catedral en obras y nos ha parecido espectacular, me gusta mucho la arquitectura y ha sido un placer poder ver su interior», explicaba ella, mientras él admitía que «Vitoria sorprende». Aunque los murcianos llegaron por recomendación. «Unos amigos que viven aquí nos han dejado su casa. Ellos encantados de la visita y nosotros... también».

Los Olivella Montserrat Barcelona

«Está chula, es cuca y se come muy bien»

Dice la sabiduría popular que las capitales vascas se contemplan en un fin de semana, pero los Olivella Montserrat no tienen tiempo para tanto. «Nos hemos despertado en Donostia y dormiremos en Logroño», aseguraba divertido Pedro, el padre de esta familia catalana con trillizos de quince años en el pack. «Nos gustaría estar más tiempo aquí, pero en cuatro días que tenemos queremos ver muchas ciudades», explicaba. Alrededor del monumento 'Green', una descripción tan express como su viaje: «Vitoria está chula, es 'cuca' y se come bien». Aunque ayer llenaran el estómago en Laguardia.

Grupo de estudiantes Argentina

«¿Para qué tienen un machete en la pared?»

A los argentinos se les da muy bien lo de adular. Y prueba de su propio ADN son Lucio, Ignacio, Agustín y Eugenia, cuatro rosarinos que estudian en Madrid y han decidido subir a Euskadi por Semana Santa. «Vitoria es preciosa», se arrancaba el cabecilla del grupo cerca de la estatua de Ken Follet, en la catedral de Santa María. «Limpia, coqueta y verde, la ciudad es verdaderamente una pequeña joya escondida entre metrópolis norteñas», se explayaba. «Nos han sorprendido las iglesias y nos ha encantado Montehermoso, muy bonito». «Ah, y el Machete, ¿por qué tienen colgado eso en la pared?», preguntaban alucinados. Su plan inicial se ha visto truncado. «Siendo de Rosario, queríamos ver al Bilbao de nuestro compatriota, don Marcelo Bielsa. Pero no quedan entradas para asistir al 'match' de la UEFA», reconocían.