Zorrozaurre mantendrá la central térmica como medida de ahorro energético

El Plan Especial de Zorrozaurre mantendrá la construcción de una central térmica en la trasera de la Facultad de Sarriko para suministrar calefacción, agua caliente y refrigeración a todos los vecinos y empresas de la zona. La comisión gestora ha desestimado las alegaciones de Ekologistak Martxan y la UPV -en este caso, cuestionando únicamente la ubicación- y reafirmar su apuesta por un sistema «muy extendido en Europa», que supondrá un ahorro energético del 15% frente a las calderas colectivas y del 30% respecto a las individuales.

El asunto volverá a ponerse hoy sobre la mesa en el pleno municipal, donde Bildu defenderá una moción para que el Ayuntamiento abandone el proyecto. El gerente de la comisión gestora, Pablo Otaola, asegura que cuenta con todas las garantías y supone «un paso adelante en sostenibilidad» al reducir las emisiones y ahorrar combustible. Antes de elegir el denominado 'district heating', similar al que se instalará en la urbanización de los mil pisos de Bolueta, se estudiaron diferentes posibilidades. En 2009 se firmó un convenio con el Ente Vasco de la Energía (EVE) para que se haga cargo de la construcción y gestión de la planta.

Inicialmente se iba a ubicar en la futura isla, pero se decidió trasladarla a Sarriko porque debe construirse en la primera fase de la urbanización. Además, al ser una parcela en pendiente, que la comisión gestora considera inadecuada para la expansión del campus, «se reducirá su impacto visual». La previsión es construir un edificio de tres plantas -la primera soterrada- que se elevará ocho metros sobre la avenida Zarandoa. Aún no se ha definido el número de chimeneas.

La potencia será de 37 MWt, y de 6 MWe en la instalación de cogeneración para producir energía eléctrica. Esta máquina es la más ruidosa, así que habrá que insonorizarla para cumplir las exigencias de la ordenanza de medio ambiente. Las chimeneas emitirán vapor de agua y CO2. En el dióxido de carbono, la reducción estimada es de 30.000 toneladas al año, equivalente a plantar 1,5 millones de árboles, frente a las calderas convencionales.