Mucho más que barcos
La Naval, que quiere diversificar ahora su negocio, fabricó durante décadas trenes, autobuses o armamento
JOSU GARCÍA josugarcia@elcorreo.com
Domingo, 22 de enero 2012, 22:07
Un coche de bomberos para el Ayuntamiento de Salamanca, un autobús de dos plantas, una tanqueta antidisturbios de 1920 que lanza potentes chorros de agua o una estructura de colosal tamaño para un puente en León. Estas son algunas de las manufacturas metálicas que La Naval de Sestao ha fabricado a lo largo de su centenaria historia. Hasta medidados del siglo pasado, el astillero no dudó en recurrir con frecuencia a este tipo de contratos menores para intentar capear una mala racha. Ahora, en 2012, en plena crisis inmisericorde, la idea vuelve a estar encima de la mesa.
Los planes de la empresa vizcaína no sorprenden a José María Molina, director del museo El Dique de Navantia de Puerto Real y estudioso de la historia del sector naval en España. «Los astilleros son, en realidad, industrias de transformaciones metálicas y pueden hacer muchas más cosas que barcos», afirma. «Si uno repasa la trayectoria de las diferentes compañías se da cuenta de que este tipo de actividades complementarias han sido habituales y han tenido, casi siempre, el objetivo de evitar que muchos obreros cualificados se fueran al paro», asegura el especialista gaditano. «Eso sí, el margen de beneficio es muy inferior al que deja la construcción de una embarcación», precisa el experto.
La fabricación de material militar o vehículos civiles fue especialmente intensa entre 1925 y 1936 en La Naval. De los talleres de Sestao salieron camiones de la basura, carros de combate y hasta vagones cisterna para transportar gasolina. «La elaboración de automóviles de servicios parece que fue exclusiva de los astilleros de Bizkaia», sostiene Romera.
Trenes con pedigrí
La otra época dorada de la actividad auxiliar de La Naval se vivió en la década de los 50. Los obreros dieron forma a multitud de coches y locomotoras. Tan fino fue su trabajo que los trenes de la factoría alcanzaron cierto renombre. El historiador gaditano ve con buenos ojos la intención del astillero sestaoarra de retomar la construcción de elementos ajenos a los barcos. «Repetir el éxito del pasado dependerá de la versatilidad y la capacidad de adaptación de sus talleres». Una opinión que comparte el director de La Naval, Iñaki Irasuegui: «Lo importante es que tengamos el conocimiento y las instalaciones», concluye.