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Un senegalés, en la calle barcelonesa donde su compatriota recibió un disparo mortal cuando intentaba mediar en una pelea./ EFE
Los senegaleses exigen justicia
TENSIÓN RACISTA | CHOQUE CON UN CLAN GITANO

Los senegaleses exigen justicia

La muerte de un africano en una disputa con un clan gitano desata la tensión racial en un barrio barcelonés

MÓNICA BERGÓS

Jueves, 5 de enero 2012, 11:35

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El episodio empezó de la manera más absurda. Un grupo de senegaleses jugaba a fútbol en la calle, en la tarde del martes, en el barrio barcelonés del Besós. Un vecino de etnia gitana que pasaba por ahí increpó a los jóvenes exigiéndoles que abandonaran el juego, lo que generó una disputa a la que se sumaron familiares y amigos de ambos bandos. La mala fortuna quiso que el enfrentamiento callejero provocara una víctima, la de un joven senegalés, Ibrahima Dyeyque, de 32 años, quien intentaba poner paz en el conflicto y que recibió un tiro que supuestamente no iba destinado a él. Un muerto por el que lloran sus compatriotas y que podría prender la llama de un conflicto racial de mayores dimensiones.

«Queremos justicia, que el autor del asesinato pague por lo que ha hecho», exigía abatido por la consternación Massé, un joven amigo de la víctima. Unos 150 senegaleses marcharon ayer por las calles del barrio blandiendo la palabra justicia en pancartas improvisadas. Temen que la muerte de su compatriota no sea castigada. «Si no hay justicia habrá venganza», amenazaba un manifestante, quien recordaba incidentes similares ocurridos recientemente en Italia. Un despliegue policial contenía la tensión de los asistentes, que a su paso por el domicilio del presunto autor del asesinato lanzaron gritos de «¡asesinos!» y «¡racistas!», cargados de rabia y dolor.

Cuatro personas fueron detenidas acusadas del crimen -un padre de etnia gitana y tres de sus hijos- conocidos en el barrio por otros altercados y arrestos anteriores. Acumulaban más de 60 detenciones por robos, tráfico de drogas y peleas.

«Nos tenían atemorizados. Todo el mundo les tenía miedo. Conducían a toda velocidad con su coche y se pasaban el día fumando y vendiendo drogas», confesaba un vecino. «Alguna vez había dicho: un día voy a matar a un africano. No le creíamos, pero al final lo ha hecho», ampliaba otro ciudadano. Presuntamente uno de los hijos, de 28 años, habría sido el autor del disparo que causó la muerte del joven africano. La víctima residía en España desde 2006, tenía mujer y un hijo en Senegal y trabajaba cuidando a un anciano.

Persecución

Tras producirse el fatídico disparo, el padre y los hijos huyeron a refugiarse en su casa, perseguidos por un grupo de senegaleses, que hicieron guardia frente al edificio con el propósito de cobrarse la muerte de su compatriota. Algunos de ellos accedieron al interior de la portería del bloque, tras romper los cristales de la puerta. El episodio, de extrema tensión, fue resuelto con la llegada de la Policía autonómica, que se llevó detenida a la familia gitana.

Algunos de los jóvenes africanos desahogaron su frustración provocando disturbios callejeros. Volcaron contenedores y rompieron las lunas de tres vehículos. Los Mossos d'Esquadra actuaron para disolver el grupo.

Durante el mediodía de ayer volvió a vivirse un episodio crítico, que pudo haber causado daños personales. Fue necesaria la intervención de los bomberos para apagar un pequeño incendio provocado en la casa del clan gitano detenido por el crimen. Alguien introdujo por una ventana un trozo de cartón ardiendo en una de las habitaciones de la casa. El fuego fue sofocado sin que se produjeran mayores incidentes.

Mediadores de la Generalitat y asociaciones de senegaleses y gitanos trabajaban intensamente en la zona para evitar una escalada de tensión que podría derivar en un conflicto interétnico. Los vecinos aseguran que en este barrio barcelonés, que limita con Sant Adriá del Besós, se ha vivido hasta ahora de manera relativamente tranquila. Es una barriada popular, que conoce lo que significa la marginalidad y las estrecheces económicas, pero en la que han convivido en los últimos años de manera pacífica autóctonos y familias de etnia gitana con comunidades venidas de medio mundo -desde Pakistán a Senegal, Marruecos o Sudamérica- sin que se produjeran altercados de gravedad.

Lo subrayaba ayer el alcalde de Barcelona Xavier Trias, quien aseguró que el trágico episodio no se debe a un caso de violencia racista, sino más bien a un incidente aislado, fruto de una pelea entre vecinos. Palabras no obstante, que fueron matizadas por el director de la policía autonómica, Manel Prat, quien aseguró que en el origen de la discusión había motivaciones racistas y xenófobas.

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