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POLÍTICA

El sastre José Tomás sostiene que la red Gürtel le ordenó «no cobrar» a Camps

M. B.

Miércoles, 28 de diciembre 2011, 03:36

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El sastre José Tomás volvió a incidir ayer en que la red Gürtel controlaba todos los pedidos a nombre de Francisco Camps en las dos tiendas de Madrid donde trabajó. Por segundo día consecutivo, el testigo declaró ante el jurado popular del llamado 'caso de los trajes', después de que su intervención del lunes se suspendiera tras alargase durante siete horas. Tomás respondió entonces, en jornada de mañana y de tarde, a la Fiscalía, a la acusación popular y a las defensas.

El «director de moda», uno de los testigos clave de la vista oral ya que trató en persona a Camps y Ricardo Costa, los dos acusados por cohecho pasivo, aseguró que tenía «orden» de los supuestos cabecillas de la red corrupta, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, 'El bigotes', para que a clientes como el expresidentes valenciano «no se les cobrara» por los encargos realizados. Además, señaló que Camps no firmó ningún comprobante de haber recibido alguna de las prendas.

En su testimonio, que se prolongó durante más de dos horas, Tomás volvió a confirmar que los trajes, americanas y zapatos supuestamente regalados a ambos acusados los pagaba «siempre» Crespo. También se volvió a tratar las llamadas que recibió del expresidente valenciano antes de que el sastre declarara ante el juez Baltasar Garzón, primer instructor de la causa, en febrero de 2009.

«Repito. Camps me llamó y me dijo: échame una mano en esto que cuando lo tuyo con tu jefe se resuelva te podré ayudar aquí en Valencia en todo lo que necesites». Entonces, el abogado de Camps le cuestionó por la expresión «aquí abajo», en alusión a Valencia, que Tomás atribuyó ayer al exmandatario del PP, ya que a su juicio «ningún valenciano le expresa a uno de Madrid 'aquí abajo'». Tomás afirmó que no recordaba los términos exactos, pero dijo que el mensaje fue ese mismo.

«El domingo -8 de febrero de 2009- cogí siempre el teléfono a Camps, desde la mañana hasta la noche, hablamos cada vez entre media hora y tres cuartos, me dijo que su mujer estaba llorando, que alguien podría tener una factura mía. Yo no tenía ni idea de lo que me esperaba en la declaración al día siguiente. Le dije que efectivamente los trajes habían sido devueltos, de las americanas no me acordé», añadió José Tomás, para el que este juicio ha supuesto el fin de la «pesadilla» judicial.

Durante la vista oral, el propio Camps fue advertido en varias ocasiones por el presidente de la sala, Juan Climent, para que reprimiese sus gestos de protesta y guardase silencio si no quería ser expulsado.

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