Rajoy aguanta el tirón del ala dura del PP

Mariano Rajoy y Antonio Basagoiti han tomado con fuerza las riendas de los sectores del PP más desbocados en sus valoraciones sobre el fin de ETA. En una estrategia acordada ya desde el verano, el líder nacional de la formación ha impuesto junto a su responsable en Euskadi un discurso firme pero posibilista ante la desaparición del terrorismo, reflejado ahora con mayor nitidez en sus diagnósticos sobre el cese definitivo que la banda declaró el jueves. Rajoy y Basagoiti han decidido aguantar el tirón del ala más dura del partido, en un intento por vencer los recelos internos que ha suscitado el comunicado. «No hay nadie que no pueda alegrarse», advirtió ayer el candidato popular a las elecciones generales del 20 de noviembre, en un llamamiento a los escépticos.

Rajoy, que aspira a obtener una mayoría holgada en las urnas que le lleve a La Moncloa, volvió a dar realce al anuncio con el que la banda terrorista ha bajado la persiana, tras subrayar el mismo jueves que llegaba «sin ningún tipo de concesión política». En su opinión, se trata de la primera vez en más de cuarenta años que la organización terrorista renuncia a las armas con todas sus letras. «Eso no ha ocurrido desde que ETA existe», recalcó. No empleó el término histórico, pero casi. Por eso, mantiene que el cese es «positivo» y «una gran noticia», aunque no sea una disolución como tal de la banda.

«Es muy independiente»

«Rajoy tiene las ideas muy claras. Es consciente de los recelos y presiones que el comunicado ha provocado en una parte del partido y en un determinado sector mediático en Madrid, pero no va a modificar su posición. Quien le conoce sabe que es muy independiente y que así lo ha demostrado», explicó un alto cargo del PP vasco sobre cómo el líder del partido ha interiorizado el cese de ETA.

Tanto en la sede de Bilbao como en la de la calle Génova de Madrid asumen que siempre existirá un grupo de «irreductibles» en el electorado más beligerante del PP para quienes nunca serán suficientes los mensajes de firmeza frente a ETA. «Son insaciables», reconoce un miembro renovador del partido. Pero la renuncia definitiva es otra historia y así lo han asumido Rajoy y Basagoiti desde el minuto uno.

Ambos líderes estaban al tanto de la proximidad del comunicado de ETA y habían preparado dos respuestas en función del alcance del anuncio. Tenían un 'plan A' para el caso de que la banda simplemente respaldara las conclusiones de la Conferencia de Paz. Y un 'plan B' si los terroristas lo dejaban. No lo dudaron nada más ver el párrafo que anuncia el «cese definitivo», reiterado como un compromiso «claro, firme y definitivo». Había que aplaudirlo.

La decisión de Rajoy de incluir la coletilla «sin concesiones políticas» es clave y ofrece cobertura al PP de Euskadi para engancharse con un papel activo a la consolidación de la paz. El candidato explicó ayer en la Cadena Cope por qué resaltó que el cese llegaba sin contrapartidas en la territorialidad y la independencia, una matización que desautoriza a quienes denuncian una negociación encubierta entre ETA y Zapatero. «Yo ya he decidido hace mucho tiempo que tengo que decirle a los españoles lo que pienso, acierte o no. Era el discurso que yo creía que tenía que hacer y lo que uno cree que tiene que hacer debe hacerlo, sea lo que sea». Muy en el estilo Rajoy.

«Sin precipitarse»

El protagonismo de Basagoiti liberará a su jefe de filas, que quiere volcarse en la campaña en la economía. Aunque el PP se reserva cualquier movimiento de calado para después de las elecciones, sus responsables dan apuntes de su hoja de ruta en el desenlace de ETA, basada en «la ley y el Estado de Derecho». «No hay negociación, ni la habrá», dijo el presidente del partido. «No frivolizar, ni elucubrar», añadió. Con todo eso en la mano, el líder de los populares vascos confirmó ayer que la desaparición de ETA dejaría sin efecto la necesidad de la dispersión de los presos, pero con la siguiente secuencia: «Completa disolución, desarme, garantías de que no volverán y aplicación de la legislación».

Con el ánimo de «no precipitarse», la dirección del PP quiere acercarse a la fecha de las elecciones para madurar este discurso. Mientras tanto, Rajoy y Basagoiti, que se comunican a diario, profundizarán en el intercambio de ideas para elaborar un discurso uniforme en el escenario que se abre tras el final de la violencia. «A ETA no le debemos nada», subrayó ayer el responsable popular en el País Vasco, en una proclama que comparte con su homólogo del PNV, Iñigo Urkullu.

Basagoiti aspira a hacer causa común con socialistas y jeltzales para encarar desde «la pluralidad y la convivencia» la desaparición del terrorismo y la búsqueda de la normalización. «Hemos ganado la paz. Ahora, la libertad», indicó ayer el dirigente en un acto electoral.