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Búsqueda de la paz. «Mis hijos me han dicho que se sienten orgullosos», confiesa Jesús Eguiguren. :: MIKEL FRAILE
«Siento una mezcla de satisfacción política y de tristeza por no poder recuperar ni a los muertos ni el tiempo perdido»
Jesús Eguiguren | Presidente del PSE-EE

«Siento una mezcla de satisfacción política y de tristeza por no poder recuperar ni a los muertos ni el tiempo perdido»

«El Gobierno vasco debe tomar ahora el relevo al próximo Gobierno central para hacer las cosas que hay que hacer en Euskadi»

JORGE SAINZ

Viernes, 21 de octubre 2011, 11:07

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Jesús Eguiguren (Aizarna, 1954) recibió anoche en casa un ramo de flores de su esposa, la portavoz del PSE-EE en las Juntas de Gipuzkoa, Rafaela Romero. Ambos han sufrido en carne propia el acoso de ETA, en especial tras la implicación del presidente socialista vasco en el fallido proceso de 2006. Emocionado, Eguiguren reconoce que se le acumulaban muchos recuerdos en la cabeza en una semana complicada tras su polémica sobre el lehendakari por su papel en el proceso de paz.

- Supongo que se acuerda de mucha gente.

- Pues sí. A los 18 años me tocó ir a reconocer al primer militante socialista asesinado, en Urretxu: Germán González, una víctima olvidada. Yo no tenía coche ni nada y nunca había visto un muerto en mi vida. Era un crío y fui con Odón (Elorza). También recuerdo a Gajate, otro militante socialista asesinado en Gipuzkoa. Fui con su madre a la Audiencia Nacional, ella todo el camino llorando. Una familia que luego vivió un gran drama personal.

- ¿Cómo se enteró del comunicado?

- Por la mañana me confirmaron que iba a salir. Y ya a las siete estaba esperando en el coche a la radio. He sentido una mezcla rara de sensaciones. Satisfacción política, pero tristeza de no poder recuperar el tiempo perdido, de que ya no puedo volver a la juventud y de que los muertos no pueden volver a estar con su familia. Mucha gente me ha felicitado y me he sentido reconocido. El miércoles en el aeropuerto de Hondarribia los guardias civiles del control me preguntaron, y les dije que iban a poder estar tranquilos.

- Usted ha participado intensamente en este camino de final de la violencia y lo vivió en primera persona en el fallido proceso de paz de 2006 con Zapatero.

- Lo estoy viviendo con enorme satisfacción porque pensé que así iban a acabar las cosas. Dije que esto acabaría en la legislatura de Patxi López. Lo estoy viviendo como la justificación de toda una trayectoria. ¡Lo hemos conseguido!. Misión cumplida. Anoche me llamó el presidente y me dio la enhorabuena. Siento tristeza por cómo nos machacaron por haberlo intentado.

- ¿Cómo valora los términos del comunicado?

- Es contundente. No hago caso a la inevitable retórica que viene luego. Es la gran noticia. Hay que analizar más el contexto que el texto. Lo único que me interesa es la renuncia definitiva. Todo lo demás es retórica.

- ¿Qué supone?

- Hay que pensar en el futuro de nuestros hijos y nietos. Lo nuestro ya no tiene arreglo. No se pueden recuperar los años perdidos. Es una gran oportunidad para lograr la reconciliación y la convivencia entre los vascos. Mis hijos me han dicho que se sienten orgullosos, pero yo soy un poco frío. Además, como yo estaba convencido de que esto iba a ser así... Ahora quiero reflexionar en silencio.

Acercar presos

- La respuesta positiva de ETA a las demandas de Aiete garantiza que la violencia se ha acabado para siempre.

- Sí. Esa raya de no retorno ya la hemos cruzado. Esa raya estaba en la conferencia de Aiete. Luego, claro, habrá que verificar ese cese definitivo, desmantelar las estructuras y deshacerse de las armas. Por tanto, con esa declaración no basta. Este 'día D' que ve la gente es importante, pero porque es ahí donde empieza la paz. Acaba el proceso de lucha contra el terrorismo y comienza el proceso de construcción de la paz. Los enemigos de ayer tienen que ser tus colaboradores de mañana y dar cabida a la reconciliación, la reinserción social, atender a las víctimas del terrorismo, que se les pida perdón y se reconozca el daño causado&hellip Todo esto formará una paz auténtica. Y cuando haya garantías de que ETA se ha disuelto, o al menos abandonado cualquier posibilidad de lucha armada, habrá que buscar un marco político que tenga el consenso de todos, porque si hay una parte de la sociedad que no cree en la Constitución pues tampoco un país puede vivir así. Son tareas que hay que afrontar.

- ¿El Gobierno debe ahora entrar a abordar la cuestión de los presos?

- El Gobierno de España, que parece que hay posibilidades de que lo presida Rajoy, va a ser serio en este tema. No creo que, ante un hecho así, no actué con sensatez. Lo contrario sería una traición a las víctimas. Y los socialistas vamos a estar en el Gobierno vasco y tenemos que protagonizar la paz, porque el Gobierno central va a tener dificultades de opinión pública que no existen aquí. Este es un problema entre vascos y solo se puede resolver entre vascos. ETA y el Gobierno pueden resolver la política penitenciaria. Pero el dejar de odiarnos y volver a convivir solo lo podemos hacer entre los vascos, y en gran medida lo tienen que protagonizar la izquierda abertzale y el PSE-EE, que son los dos que han estado en esta historia en los últimos años. Si el socialismo no consigue cerrar la herida con la izquierda abertzale, esto no va a funcionar. Si no existiera el PSOE, la izquierda abertzale lo tendría que inventar para poder hacer la paz.

- ¿El Gobierno vasco debe promover medidas para flexibilizar la situación de los presos?

- Sí. El Gobierno vasco debe tomar el relevo al Gobierno central, al de ahora o al próximo, sea del partido que sea, aunque haya que hacer cosas de acuerdo, pero las cosas las tiene que hacer el Gobierno vasco. Nosotros no tenemos esa llave, pero el que diga que procede acercarlos (los presos) debe ser el Gobierno vasco, y también fomentar la reconciliación, a la que la gente no le da importancia y yo creo que es la base de todo. Hay que cerrar heridas. La convivencia consiste en que no consideras a nadie que no es de tu país, que todos somos iguales y que el futuro no está predeterminado, sino que dependerá de lo que digan los vascos.

- ¿Uno de los objetivos del final de la violencia es amarrar un relato veraz sobre lo sucedido?

- La historia es 50% memoria y 50% olvido, porque si estás constantemente como el primer día no podrías vivir. Pero, claro, por el actual camino vamos a poner nosotros el olvido y ellos a presumir de memoria. Si falseas el pasado se corre el peligro de que el futuro sea injusto. Estamos a tiempo de evitarlo y el Gobierno vasco ya está abanderando este tema. Estamos haciendo cosas, pero un poquito tarde. Esa es mi queja. Los demás nos ha sacado ventaja, pero ya la recuperaremos.

- ¿Qué relato debe primar?

- La paz debe venir con la memoria, en especial de las víctimas del terrorismo, pero no entendida como venganza porque hacer la paz implica a todos, incluida a Bildu. Tiene que haber sitio para todos. No me gusta el lenguaje de vencedores y vencidos, pero tiene que haber un vencedor, la democracia, y un derrotado, el totalitarismo. Es un principio que debe quedar claro.

«Primavera vasca»

- ¿El camino hacia el final de la violencia está respetando estos principios o se está dando una visión justa a su juicio?

- La paz está viniendo tal y como tenía que venir. Sin negociaciones bilaterales, sin concesiones&hellip Lo único es que la izquierda abertzale ha sido muy astuta y, como tenía la sartén por el mango, lo está capitalizando. Pero lo vamos a evitar. Y el proceso se le va a hacer largo porque una cosa es la paz y otra luego resolver las consecuencias, quedan presos, víctimas, rencores, la reconciliación, y eso no se arregla de la noche a la mañana. Aunque en un primer momento la izquierda abertzale se haya adelantado, la reacción de los demócratas y del Gobierno va a poner las cosas en su sitio. En todo caso, aunque sea otoño, estamos viendo la primavera vasca, la paz, el acontecimiento más importante en los últimos 50 años. Luego hay otro asunto.

- Explíquese.

- Luego vendrán las reivindicaciones del nacionalismo. Si sale fortalecido su discurso y en votos, ya me veo otra vez defendiendo la pluralidad y el espíritu estatutario, valores que pensaba que ya estaban asumidos. Si nos mantenemos pasivos y expectantes, a ver qué hace Bildu. El peligro es que la paz venga seguida de un tsunami nacionalista. No es un problema de votos, sino de por dónde va a ir Euskadi en el futuro.

- Usted pudo hablar en Aiete con el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria.

- Sí, hable con él. Me dio garantías de que la cosa va a salir bien. A mí el papel de la declaración me preocupó un poco; pero me garantizaron que, como detrás había voluntad de parar, no viera peligros. Me quisieron tranquilizar respecto a eso.

- ¿El Gobierno español conocía la declaración de los líderes internacionales?

- Kofi Annan no va a venir a España a meterse en los asuntos de España sin haberlo consultado...

- ¿Le sorprendió que Rubalcaba dijera que no aprobó la presencia del PSE en la conferencia?

- El gran drama de Rubalcaba es que está haciendo la paz y no puede presumir de ello. Ya le dije yo que no se presentara de candidato...

- ¿Es sostenible agotar la legislatura en Euskadi un año sin la izquierda abertzale en el Parlamento vasco?

- Creo que sí. Es fundamental agotar la legislatura porque el tramo que nos falta es el definitivo para que triunfe esta operación tan complicada.

- ¿Arnaldo Otegi debe salir de la cárcel?

- Personalmente es duro para él, pero políticamente lo van a convertir en un mito, en especial si lo sacan poco antes de las autonómicas.

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