Una decena de treguas en veinte años

Antes de que tres encapuchados anunciaran ayer al mundo una tregua de ETA, la organización terrorista había declarado al menos en diez ocasiones el cese de sus acciones violentas. La primera se produjo días después del 23-F, cuando la rama político-militar de la banda comunicó una tregua de un año que finalmente se prolongó hasta agosto del año siguiente. Ya con el PSOE en elGobierno y en el marco de las denominadas conversaciones de Argel, en septiembre de 1987, ETA rechazó una tregua solicitada por el Ejecutivo, aunque el 29 de enero de 1988 la banda ofreció al gabinete de Felipe González un alto el fuego de sesenta días para reanudar el diálogo.

En febrero, el Gobierno anunció la apertura de negociaciones, pero el secuestro del empresario Emiliano Revilla, junto a otras acciones, acabó con el diálogo. Tras la liberación de Revilla, ETAhizo pública, el 2 de noviembre, una nueva oferta de interrupción de la violencia, condicionada nuevamente a la negociación de la 'alternativa KAS'. El 8 de enero de 1989, la organización terrorista anunció una «tregua unilateral » de quince días y, seis días más tarde, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, y Eugenio Etxebeste, 'Antxon', volvieron a encontrarse en Argel. Este cese de la violencia fue prorrogado con el fin de continuar las conversaciones hasta el 24 de junio, pero la banda terrorista lo dio por finalizado el 4 de abril tras fracasar el diálogo.

En diciembre de 1991, ETA volvió a anunciar una tregua de dos meses para retomar el diálogo a cambio de ciertas condiciones y repitió su oferta en febrero y julio de 1992 para abrir «una negociación política con el Gobierno», después de que hubiera sido detenida en Bidart la dirección etarra. Hubo que esperar, para oír una nueva oferta de tregua, hasta el 23 de junio de 1996, en un momento en el que la banda mantenía secuestrado al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y tras la llegada del PP al poder. El Gobierno no respondió a su llamamiento.

El 16 de septiembre de 1998, cuatro días después de que se firmara la Declaración de Lizarra, ETA anunció, por primera vez en su historia, un cese de la violencia total, «unilateral» e «indefinido». El Gobierno mostró su disposición a dialogar y en mayo de 1999 se celebró un encuentro en Suiza en el queno se produjo acercamiento alguno. En agosto, ETAseñaló que el proceso de paz se hallaba bloqueado y la comunicación con elGobierno, rota. El 28 de noviembre ETAanunció el fin de la tregua, que se materializó el 21 de enero del 2000 con el asesinato en Madrid de un teniente coronel.

Cuatro años después, el 18 de febrero de 2004, ETA anunció la suspensión de todas sus acciones armadas en Cataluña por el «empuje de las fuerzas independentistas» y la «concienciación sobre el derecho a la autodeterminación» en la comunidad autónoma. El 18 de junio de 2005, la banda excluyó también de entre sus potenciales objetivos a los cargos electos de los partidos políticos en España. Finalmente, el 22 de marzo de 2006, y tras casi tres años sin víctimas mortales, ETA anunció un «alto el fuego permanente» para «impulsar un proceso democrático en Euskal Herria» y la creación de «un nuevo marco que posibilite el reconocimiento de los derechos del pueblo vasco». La explosión de un coche bomba, que mató a dos hombres de origen ecuatoriano el 30 de diciembre de 2006 en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, puso fin al penúltimo alto el fuego.