Recibe el Nobel de Medicina tres días después de morir
Comparte galardón con el estadounidense Bruce A. Beutler y el francés Jules A. Hoffmann, que realizaron importantes avances en ese campo El canadiense Ralph Steinman era experto en inmunología
A. JIMÉNEZ
Martes, 4 de octubre 2011, 10:26
El canadiense Ralph Steinman, uno de los tres científicos distinguidos con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 2011, no podrá recoger el galardón. Hace cuatro días que murió. Aunque los estatutos del Nobel prohíben conceder el premio a título póstumo, los promotores de la distinción decidieron que los herederos del investigador reciban su dotación.
Steinman falleció el viernes a los 68 años a causa de un cáncer de páncreas. Según la Universidad Rockefeller, en la que trabajaba, había logrado prolongar su supervivencia gracias a una «inmunoterapia diseñada por él mismo». El canadiense había descubierto las células dendríticas centinelas en el sistema inmunitario, brindando a la ciencia un nuevo arsenal terapéutico para combatir infecciones y enfermedades contagiosas.
El Instituto Instituto Karolinska de Estocolmo decidió que el premio fuera compartido este año por tres científicos que han descollado por su estudio del sistema inmunitario: el estadounidense Bruce A. Beutler, el francés Jules A. Hoffmann y el propio Steinman.
La misma mañana que se hacía público el fallo, allegados de Steinman informaban a la Universidad Rockefeller de la defunción. La hija del investigador, Alexis Steinman, aseguró que la familia estaba conmovida por el reconocimiento, que supuso para su padre «años de duro trabajo». «Dedicó toda su vida a su trabajo y a su familia y se sentiría verdaderamente honrado (por la concesión del Nobel)», subrayó.
Aunque las reglas del Nobel impiden dar el premio a título póstumo, la Fundación Nobel optó por hacer una excepción, ya que los miembros del jurado desconocían la noticia de la defunción. Por lo demás, no existía precedente que sirviera de guía. En 1996, el galardonado William Vickrey murió, pero después de anunciarse el fallo.
Moscas y ratones
Los trabajos de los premiados han permitido perfeccionar las vacunas y la introducción de notables mejoras en el tratamiento de tumores y enfermedades inflamatorias. Los descubrimientos de Beutler y Hoffman, que se llevarán la mitad del premio (diez millones de coronas, es decir, 1,1 millones de euros), han sido decisivos en el conocimiento de la actividad de la inmunidad innata. Por su parte, Steinman, quien se adjudicó la otra mitad de la bolsa del Nobel, ha sido clave al explorar el campo de la inmunidad adaptativa y su hallazgo de la célula dendrítica. El canadiense demostró que esta célula es capaz de poner en funcionamiento las células T, que desempeñan un papel primordial en la configuración de la memoria inmunológica.
Hoffmann se dedicó a averiguar a mediados de los años 90 cómo las moscas de la fruta luchaban contra las infecciones. Para ello contaba con ejemplares que sufrían mutaciones en varios genes, como los receptores Toll. El investigador advirtió que esos receptores estaban involucrados en la detección de microorganismos patógenos, y concluyó que era preciso activarlos para conseguir una respuesta inmune y exitosa.
Beutler, quien nació en 1957 en Chicago, trabaja en el Scripps Research Institute en California. El científico se embarcó en la búsqueda de un receptor para fijar los lipopolisacáridos (LPS), polímeros que crean una suerte de superficie protectora en las células bacterianas. En este empeño observó que los ratones resistentes a los LPS poseían una mutación en un gen muy similar al gen Toll de las moscas de la fruta, circunstancia que demuestra que los mamíferos y esos insectos recurrían a moléculas parecidas para activar la inmunidad innata al lidiar con microorganismos patógenos.