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SERGIO LLAMAS
Domingo, 2 de octubre 2011, 04:47
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El mar tiene su despensa abierta en el puerto pesquero de Zierbena. El municipio galipo celebra este fin de semana la XI feria del marisco, con 14,3 toneladas de percebes, centollos, nécoras, cigalas o langostinos, entre otros manjares, a precios rebajados. El impenitente sol no quitó el apetito a los asistentes al encuentro, que el pasado año alcanzó su máximo histórico con 150.000 visitantes. Esta vez, la asistencia se redujo entre un 10 y un 15%, probablemente por el tirón de la playa. También pudo influir el cobro de 50 céntimos en la lanzadera de conexión con el metro, que en pasadas ediciones fue un servicio gratuito.
«Con tanto sol la gente quiere playa, playa y playa», reconoció el alcalde de Zierbena, Marce Elorza, que espera mayor afluencia de público hoy. A ello contribuirá la regata I Bandera de Zierbena (13.00 horas), con salida y llegada en el interior del propio puerto. Los visitantes podrán seguir a las traineras de Zierbena, Fortuna, Getxo, Arkote, Lutxana-Deusto, Sestao, Ibaialde y -como invitada- Pontejos.
Colas para comer pulpo
La feria mantiene los precios congelados desde hace dos años -salvo el pulpo, cuya ración se ha redondeado a diez euros- «a pesar de que hemos comprado mariscos más caros porque entendíamos que eran mejorables», matizó el alcalde. Tampoco la receta del pulpo, «lo más demandado y donde se forman las mayores colas», ha experimentado cambios desde hace una década. Al mando de los fogones está Claudi Cid Abadín, midiendo las porciones de sal, pimentón y aceite. «Somos once personas repartiendo raciones sin parar hasta las doce de la noche y al final ya te duelen hasta los brazos», relata con una sonrisa. El pasado año sus cazuelas cocinaron más de 1.400 kilos de este molusco. Su truco: sumergir tres veces el pulpo en la olla antes de dejarlo reposar para que coja forma.
Claudi pertenece a la coral Berdantza, y es una de los 200 voluntarios que colaboran en el encuentro. También los restaurantes se vuelcan con la cita. El cocinero Víctor 'Bittor' Martínez hizo una demostración de cómo cocinar unos jibiones de una forma tradicional, encebollados, y de otra más elaborada, a la plancha con una salsa de cebolla y otra de tinta del propio jibión. «Son recetas muy sencillas y en media hora están hechas las dos», dice. A los ocho restaurantes de la zona no les falta trabajo este fin de semana. «Para el domingo a las tres, solemos quedarnos sin producto».
En ese caso no podrían recurrir a las capturas de los 35 niños inscritos en el concurso de pesca sin muerte. Aunque muchos tenían reparos en coger los peces con las manos, todos los devolvían al agua después de pesarlos en la mesa de la organizadora, Irene Fernández, de la asociación Lora Barri de Portugalete. «Más que nada cogen babosillas de 5 gramos, pero se lo pasan genial tanto ellos como sus padres y abuelos». Una de las mayores piezas se la llevó un vecino del municipio de 9 años, Aitor Rodríguez, gracias a un barbarín de 155 gramos.
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