Borrar
El Puente Colgante luce ya el 'Vena Rojo Somorrostro'. / Pedro Urresti
El Puente Colgante culmina su puesta a punto
portugalete

El Puente Colgante culmina su puesta a punto

La retirada de andamios pone el punto final a unas obras que han mejorado la estructura del transbordador y cambiado su color Finaliza después de diez meses la mayor reforma emprendida en sus 118 años de historia

IVÁN ALONSO

Viernes, 9 de septiembre 2011, 10:14

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las obras en el Puente Colgante han terminado y ayer un día soleado iluminó la costa de Bizkaia para celebrar su fin. Mientras en la orilla de Portugalete los trabajadores se afanaban por retirar los últimos andamios existentes, decenas de turistas disfrutaban en ambas márgenes del nuevo color 'Vena Rojo Somorrostro' que lucía en todo su esplendor. Una actuación que, sumada a las mejoras estructurales, ha tenido a este bien declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco más de diez meses inmerso en un proceso de reforma que el pasado julio obligó incluso a cerrar del tráfico en la barquilla durante una semana.

Leticia Sánchez y José Manuel Navarro, una joven pareja de treintañeros venidos de Oviedo, se tomaban ayer a mediodía fotografías con el transbordador de fondo. Era la primera vez que lo veían y se mostraban «encantados» con las vistas. «No sabíamos que antes era de otro color, pero nos parece muy elegante», aseguraban.

En cualquier caso, una vez que se retiren los andamios y se den por finalizados los trabajos, el Puente tendrá su gran examen ante la gente que convive con él todos los días, los mismos que entre los meses de noviembre y diciembre votaron de forma masiva tanto en las propias oficinas del transbordador como a través de www.elcorreo.com para decidir que el 'Vena Rojo Somorrostro' tiñera la estructura en su nueva andadura. «Ha quedado 'guapo'», opinaba ayer el portugalujo José Ramón Barrasa. «El color negro ya estaba muy visto para los que somos de aquí», añadía.

Lo que todos reconocían es que esta última reforma ha sido la mayor obra realizada hasta ahora en el transbordador. Y no es para menos. Desde que las obras empezaron en noviembre con la instalación de los andamios palabras como 'péndolas', 'ménsulas', 'viga carrilera' o 'arriostramientos' se han hecho familiares para todos los que saben que el Puente Colgante no sólo ha mudado el tono de piel, sino que ha consolidado su estructura garantizando que más generaciones de vizcaínos y turistas puedan disfrutar de uno de los pocos transbordadores de Europa que mantiene su función original.

A pesar de la ayuda de un millón de euros concedida por el Ministerio de Fomento con cargo al 1% cultural, las obras han sido de todo menos sencillas. Los esperados 300.000 euros que iban a conseguirse con diversos patrocinios de marcas comerciales sobre los andamios no llegaron a materializarse del todo debido a la crisis económica. Y el mal tiempo y las dificultades prácticas encontradas por la ingeniería Idom, que dirigía el proyecto, vinieron a complicar unos trabajos que, en el caso de la barquilla, se hicieron imposibles cuando los responsables del Puente se enzarzaron en un contencioso legal con la familia de Mikel Uriarte, el joven muerto hace un año tras sufrir un accidente en las instalaciones.

Continuos retrasos

La sustitución de la vía carrilera en julio provocó incluso la paralización del servicio del transbordador durante toda una semana, incidencia que afectó de forma importante a los usuarios que vuelven de madrugada de sus trabajos y no tienen otro modo de transporte. Se calculaba que para entonces habrían finalizado ya las obras, pero el recurrente mal tiempo que caracterizó la primavera y buena parte del verano retrasó el delicado proceso de pintado y sustitución de piezas metálicas hasta llegar a estas fechas, casi mediados de septiembre, consumido ya un verano turísticamente muy fuerte en el País Vasco en el que el Puente ha estado cubierto de andamios. «Si es para mejorarlo, es bueno», zanjaba ayer el getxotarra Rafael Albor que aún recordaba el apellido de quien manejaba el transbordador desde la cabina en Las Arenas: Canales. Con la reforma, la memoria del Puente Colgante seguirá viva.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios