El Ayuntamiento de Bilbao autoriza el derribo del gaztetxe de Rekalde

El Ayuntamiento de Bilbao dio ayer luz verde al derribo del gaztetxe de Rekalde al conceder a la empresa propietaria del inmueble la licencia necesaria para que las máquinas lleven a cabo la demolición. La decisión, fruto de un «proceso reglado», finiquita las labores administrativas y deja el futuro del controvertido edificio, que permanece 'okupado', pendiente de una orden de desalojo judicial. Si hubiera resistencia será la Ertzaintza quien tenga que vaciar el local.

El colectivo Kukutza autogestiona el gaztetxe desde hace 13 años y lleva meses advirtiendo de que no abandonará el edificio, un antiguo taller de maquinaria industrial que ha rehabilitado llegando a convertirlo en un centro cultural «insustituible» para el barrio bilbaíno. Mientras los dueños quieren liberar el solar para dejar paso a una promoción de viviendas, los usuarios han protagonizado durante todo el verano una amplia campaña de protesta cuyo punto culminante se vivió el 16 de julio. Una manifestación en defensa del gaztetxe congregó aquel día a más de 3.000 personas por las calles de la capital vizcaína.

Ajenos a estas peticiones, los propietarios del inmueble iniciaron en mayo los trámites municipales para demoler el edificio. «Como con cualquier actuación de estas características, les pedimos que detallaran el proyecto que tienen para el solar, les pedimos unas correcciones y también cumplieron. Superados todos los requisitos no podemos negarles la licencia», explicó ayer el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao, Ricardo Barkala, horas después de firmar la licencia de derribo. «El proceso es impoluto, urbanísticamente hablando, así que la demolición es un derecho que les corresponde», añadió el edil.

«Voluntad política»

Inicialmente se pensaba que el Consistorio debía esperar un informe del Departamento de Medio Ambiente sobre la contaminación del terreno antes de otorgar el plácet, pero dado que las excavadoras no pasarán de la cota cero, no es necesario. Según Barkala, el único freno municipal a la actuación podría ser la «voluntad política », aunque «el alcalde ya ha dado su opinión al respecto varias veces».

Azkuna ha dicho al menos en dos ocasiones durante el último trimestre que el Consistorio no se endeudará para comprar un gaztetxe cuyo coste rondaría los ocho millones de euros. Con la licencia de derribo y una orden de desalojo -que no pudo materializarse hace años- sobre la mesa, un juez determinará durante los próximos días la 'fecha de lanzamiento', jornada a partir de la que autorizará al Departamento de Interior del Gobierno vasco a entrar en el inmueble y vaciarlo. De inmediato el local sería derribado.