Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
K. ERREKATXO
Domingo, 14 de agosto 2011, 04:26
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El primero de los conciertos de la Filarmónica de Rotterdam, con su director titular Yannick Nézet-Séguin, cautivó al público. Como primera lección magistral se escuchó la suite 'Mi madre la oca', de Ravel. La originalidad y delicadeza de la partitura sonó con notable sensibilidad artística. En la conmemoración del bicentenario de Liszt se oyó una excelente interpretación de su Segundo concierto para piano.
Nicolas Angelich estuvo acertadísimo en la versión de una obra en la que puso tanto de delicadeza y sosiego como exuberante pianismo. Las sonoridades que para su 'Concierto para orquesta' Bartók creó para la Orquesta de Boston, encaja perfectamente en el extraordinario nivel de los músicos holandeses que, entre otros muchos aciertos, no fue el menor la flexibilidad y adaptabilidad mostradas ante un programa heterogéneo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.