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Javi Poves rescindió en julio, en la instalaciones de Mareo, su contrato con el Sporting. :: PALOMA UCHA
El futbolista que dejó de creer
FÚTBOL

El futbolista que dejó de creer

A sus 25 años, Javi Poves abandona el Sporting y el fútbol, un deporte que es «sólo dinero y corrupción. Es capitalismo y el capitalismo es muerte», dice en su despedida

IVÁN NOGUERA

Miércoles, 10 de agosto 2011, 11:40

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Javi Poves no era el prototipo de jugador de fútbol de hoy en día. Ese que cuida su imagen con cremas, gomina y coches deportivos, más cerca de las pasarelas que de los terrenos de juego. Todo esto es puro desperdicio para él.

Criado en la cantera del Atlético de Madrid, el central rescindió el pasado 19 de julio el contrato que le unía al Sporting hasta el verano de 2012, equipo en el que sólo disputó 10 minutos en el último partido de la Liga contra el Hércules, cuando los asturianos ya estaban salvados. No entraba en los planes de Preciado. Pero no le importó. Casi un mes después de su desvinculación del club, anuncia su retirada del fútbol profesional por unos principios que le pesan más que el dinero que podía ganar con la pelota.

Este joven de 25 años ya no disfruta con el balón. Prefiere sumergirse en la lectura de pensadores como Karl Marx para formar sus propias opiniones y alejarse del capitalismo. En una entrevista realizada por 'La Nueva España', Poves comentaba que «el fútbol profesional es sólo dinero y corrupción. Es capitalismo y el capitalismo es muerte. Mi yo interior me impide seguir en esto». Sus ideales están por encima del negocio «mercantilista» que mueve el deporte 'rey'. Es habitual que los equipos de Primera regalen coches a sus jugadores a cambio del patrocinio que estos le dan a la marca. Poves se negó, dos coches eran demasiado. El ya tiene su 'Smart'. «No lo necesitaba». Tampoco necesita a los bancos. Al cobrar su primera nómina como jugador pidió al club que no le pagaran por transferencia bancaria. «No quiero que se especule con mi dinero ni un segundo. No pienso utilizar un banco», zanjó.

Se autodefine como antisistema, repudia la política y el actual sistema parlamentario. Incluso el 15M, movimiento al que se acercó para ver qué buscaban: «Un cambio radical es lo que haría falta. El 15M es un movimiento creado a propósito por los medios de comunicación».

Se ha matriculado en la UNED para estudiar Historia, carrera que siempre le interesó. El italiano también le despierta curiosidad. Quiere vivir en paz. «Sé que no quiero vivir prostituido, como el 99% de la gente. Si no puedo tener una vida limpia en España, la tendré en Birmania o donde sea», explica de forma airada. Prefiere cobrar 800 euros que 1.000 si estos están «manchados de sangre». Propone una solución para todo esto: «lo que hay que hacer es ir a los bancos y quemarlos, cortar cabezas. Así de claro te lo digo». Contundente. No se anda con chiquitas. No ve otra salida que no sea acabar con lo que, a su juicio, es puro negocio.

Resignación

Sus declaraciones son vehementes, de un hombre que ha perdido la sonrisa por algo que soñaba cuando era niño. Ser futbolista. Sabe que este año no hubiera jugado en Primera, pero «sí hubiese vivido del fútbol», ha asegurado el ya exfutbolista.

Todo empezó cuando un excompañero en el Sporting B, Guillermo Pérez, le convenció de que los alimentos comerciales venían «envenenados». Entonces se rebeló. En el fútbol español se conoce el caso del exjugador del Barcelona Olerguer Presas, actualmente en el Ajax, que participa en manifestaciones a favor del movimiento okupa. Después de haber mamado de fuentes como el sitio web llamado 'Global Research' o el famoso economista antiglobalización Chossudovksy, ahora es Poves el encargado de liderar esta nueva corriente de indignados.

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