Fallece el último ídolo de la danza

Con la muerte de Roland Petit la danza clásica pierde a una de sus figuras legendarias. Petit, que contaba 87 años, falleció ayer en Ginebra, según informó la dirección de la Ópera de París, en la que ingresó con nueve años, donde se formó y donde realizó una brillante carrera con un centenar largo de producciones. La esposa de Petit, la bailarina Zizi Jeanmaire y su hija Valentine comunicaron el fallecimiento a esa institución, que no ofreció detalles sobre sus causas.

Colaborador de otros grandes creadores de su tiempo en muy diversas disciplinas, de Pablo Picasso a Orson Welles o Pink Floyd, el bailarín logró convertir sus creaciones en clásicos contemporáneos y las presentó en los grandes teatros del mundo.

Nacido en la localidad francesa de Villemomble el 13 de enero de 1924, Petit se formó en la escuela de ballet de la ópera parisina, en la que ingresó en 1933. Debutaba con sólo dieciséis años y con veinte formaba su propia compañía, que dirigió desde 1945.

Bajo el nombre Ballets de París-RolandPetit, comenzaría su escalada hacia la cima de la danza. Antes de 1950 coreografió ya ballets míticos como 'Le jeune homme et la mort', para muchos su gran obra maestra, y la sensual 'Carmen'. Tras un imparable ascenso internacional, en los setenta deja la capital francesa y se pone al frente de uno de los grandes desafíos de su carrera, el Ballet Nacional de Marsella. Lo dirigió hasta su retirada, convirtiéndolo en un referente mundial para la danza.

Su musa, Lucía Lacarra

Se subió por última vez a un escenario en 1997 para bailar en la Ópera de París con su compañía marsellesa el papel del doctor Coppelius en 'Coppélia'. Con 73 años, en su despedida como bailarín compartió tablas con la vasca Lucía Lacarra, bailarina que fue su musa de los últimos años. Por su labor al frente del Ballet Nacional de Marsella recibió Petit en 1981 la más alta distinción de la República Francesa. Se despidió de la mítica formación a finales de los noventa, aunque mantuvo una estrecha colaboración con la compañía.

La Ópera de París consideraba que Petit «nunca dejó» un teatro al que ofreció lo mejor de su carrera, con una docena de nuevas creaciones y un decena piezas de repertorio. El teatro parisino acogió en septiembre pasado una gala de homenaje y catorce representaciones de tres de sus ballets más importantes, 'Le Rendez-vous', 'Le Loup' y 'Le Jeune Homme et la Mort', que abrieron la temporada de la compañía.