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El ascenso las colocó en el mapa
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El ascenso las colocó en el mapa

Almendralejo, Soria y Ponferrada se dieron a conocer gracias a sus equipos

MARÍA ÁNGELES CRESPO

Jueves, 23 de junio 2011, 12:20

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Ciudades pequeñas, con un censo poblacional muy similar al de Miranda, son ahora conocidas en todo el país, y algunas incluso destino turístico para muchos extranjeros después de que sus equipos de fútbol ascendieran a la División de Plata, esa categoría a la que el Mirandés aspira por derecho propio.

Es el caso de Almendralejo, Soria o Ponferrada. El Extremadura, equipo de una localidad con poco más de 33.000 habitantes, se convirtió en el año 1994 en el embajador de la Comunidad autónoma al conseguir jugar en Segunda División, aunque los pacenses fueron más allá pues tan sólo dos temporadas después se instalaron en la elite; llegaron a ser equipo de Primera División.

Y lo cierto es que la vida cambió de manera sustancial en la pequeña localidad extremeña que consiguió hacerse un nombre. Allí recuerdan que fue gracias al fútbol como empezaron muchos a situarlos en el mapa. Y, además, los distintos ascensos consiguieron incluso revitalizar la economía local. El vino es su principal valor y para las bodegas también llegó el esplendor.

Eso sí, en el momento en el que el equipo tocó la gloria deportiva comenzó, sin solución de continuidad el declive económico que concluyó con la desaparición del club en el verano de 2010. Fue la consecuencia directa de la mala planificación y de los dispendios a la hora de hacer fichajes e inversiones. Se amplió precipitadamente el Francisco de La Hera y se contrató a jugadores de la talla de Kiko o Pier Luigi Querubino.

No se contaba con una base sólida y el sueño se fue topando con la dura realidad, deudas, malos resultados deportivos y, al final, disolución.

Sigue existiendo fútbol en Almendralejo, hoy con el U.D. Extremadura fundado en el año 2007 y que la próxima campaña militará en Tercera. Este club nada tiene que ver con el de las épocas más esplendorosas, pero ha heredado de aquel una importante masa social. De hecho, sigue siendo el equipo extremeño que congrega a más aficionados en su estadio.

La gestión que del éxito hizo el Extremadura no es un buen ejemplo dados los resultados, pero sí hay otros equipos, en este caso dos de Castilla y León que podrían ser el espejo en el que el Mirandés podría mirarse.

Austeridad

El más cercano, sin duda es el de la Ponferradina que en la última década ha hecho dos veces el viaje de ida y vuelta a la Segunda División.

La localidad berciana, y más en concreto los que habitualmente se dan cita en El Toralín cada quince días, experimentaron por vez primera un ascenso de esta categoría en la temporada 2005/06. Y en su estreno que les sirvió para hacerse un nombre también en el mapa futbolístico aunque no pudieron mantenerse en Segunda, sí lograron que el equipo se convirtiera definitivamente en uno de los grandes de Segunda B.

Y esa su primera presencia fue un escaparate que, económicamente no puede cifrarse, pero que en las instituciones de la ciudad se consideró la mejor publicidad posible de Ponferrada. Entre otras cosas porque cuando los equipos aparecen ya en las quinielas, y son actualidad en todos los medios de comunicación de ámbito nacional, se codean con clubes de mayor entidad y con un superior número de socios. Todos los rivales movilizan a sus aficionados de un modo notable y los que a través del fútbol descubren ciudades medias como la leonesa, pueden regresar a ellas.

Han constatado en ciudades como Ponferrada que el mundo de la hostelería es uno de los que acaba obteniendo mayores beneficios cuando el equipo de fútbol de la localidad milita en Segunda; categoría a la que ahora aspira el Mirandés.

La Ponfe, vieja conocida de los rojillos, no ha presentado aún sus cuentas sobre lo ocurrido en la última campaña, pero ha demostrado que con el dinero que se recibe nada más ascender, si nadie tira la casa por la ventana y la directiva ajusta el presupuesto al montante económico del que se dispone, se puede subsistir sin grandes agobios. Lo de los resultados deportivos depende ya de otros factores.

Caso ejemplar

Es el Numancia un caso especial y lo que comenzó en 1999 con la broma que tuvieron que aguantar los sorianos por el hecho de que todos los habitantes de la provincia cabrían en el Nou Camp, que es donde midieron sus fuerzas en la Copa del Rey con el todopoderoso Barça, es hoy en día un modelo deportivo y de buena gestión de un club pequeño que ayer mismo fue uno de los elegidos para formar parte de la Liga de Fútbol Profesional.

En Soria se han ajustado siempre a presupuestos acordes a sus posibilidades y nunca se han visto inmersos en dificultades económicas insalvables. Se han mantenido alejados de los fuegos fatuos, han conservado su personalidad de equipo modesto y el Numancia es un grande de Segunda. Ha probado las mieles de la Primera pero sabe muy bien cual es su lugar y cuando llega a la cima los aficionados se dedican a disfrutar de una temporada en la elite, sin más exigencias.

Y si aquel famoso estadio en el que si hubieran querido estar, lo habrían hecho los 40.000 ciudadanos de Soria o los 92.000 de toda la provincia, es visitado por infinidad de aficionados, el de Los Pajaritos se ha convertido, gracias a los éxitos y buen hacer del Numancia, en cita obligada para los que ahora sí saben donde está Soria, la capital de Castilla y León más pequeña.

También allí apuntan que el fútbol ha reportado una rentabilidad que ni la más ambiciosa de las campañas publicitarias habría reportado.

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