Con el arte a cuestas

Existe un halo intimidatorio alrededor del mundo del arte que tiende a mantener alejadas de él a las personas no iniciadas. Una barrera que la iniciativa 'Moving Gallery' -Galería en movimiento- trata de romper. Con este propósito, autores aficionados y profesionales se echan sus obras al hombro y se dedican a cruzar las ciudades poniéndolas así al alcance de los viandantes. Primero fue Barcelona, luego viajaron hasta Madrid y ayer aterrizaron en Bilbao de la mano del colectivo Artshow.

A mediodía, una treintena de personas salía del Sagrado Corazón con cuadros colgados de sus hombros como si de hombres-anuncio se trataran. La exposición 'andante' cruzó de esta guisa las principales arterias de la ciudad hasta concluir en el parque de El Arenal pasadas las dos de la tarde. «Nuestro objetivo es que todo el mundo vea nuestros trabajos», señala José Puig, alma máter de la 'Moving Gallery'.

La idea es que la iniciativa haga surgir el interés por los trabajos de los artistas y a través de su página web (www.walkinggallery.com) se produzca el contacto con compradores y expositores. «Lo bonito es que así aficionados y profesionales tienen las mismas oportunidades», detalla Puig.

Durante el paseo artístico hubo hueco para multitud de sensibilidades, estilos y edades. El getxotarra Mikeldi Donibane Sanjuan, por ejemplo, acudió acompañado de sus dos hijos, Beñat, de 5 años, y Kerman, de 11. El pequeño incluso se atrevió a llevar su propia obra, que ilustraba un paisaje rural con todo lujo de detalles. Para otros artistas, el movimiento se convierte en una ocasión para reivindicar su situación. Como en el caso de la bilbaína Leire Sáiz de Aja, que «malvive» del arte desde hace años.