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P. PEREA
Lunes, 23 de mayo 2011, 06:22
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Pagara o no Francisco Camps sus trajes, ha conseguido que no le pasen factura en las urnas los escándalos judiciales. Muy al contrario, el Partido Popular arrasó ayer en la Comunidad Valenciana. El partido de Francisco Camps obtuvo 55 diputados, uno más que en las elecciones de 2007, lo que supone el mejor resultado en escaños de los populares en unas elecciones autonómicas en la Comunitat. El Partido Socialista de Jorge Alarte, por su parte, se hundió estrepitosamente y perdió cinco escaños, quedándose con 33 en uno de los peores resultados de su historia.
Con diez candidatos -él mismo entre ellos- imputados o bajo investigación en presuntos casos de corrupción y contra la ordenación del territorio, Camps demuestra una vez más su poder para aglutinar contra viento y marea el voto mayoritario de los valencianos a su alrededor. Un poder que no ha sorprendido a nadie y menos aún a Mariano Rajoy, que prefirió desvirtuar el código de regeneración política puesto en marcha hace unos meses antes que sacrificar a uno de sus barones más rentables.
El Partido Popular, pese a su victoria, perdería cerca de cuatro puntos del porcentaje de votos logrado en las anteriores elecciones autonómicas: ha sumado el 48% de los emitidos, frente al 52% de entonces. El socialista Jorge Alarte, por su parte, recogió el 27,6%, más de seis puntos por debajo de los que obtuvo Joan Ignasi Pla, candidato socialista en 2007.
La coalición Compromís, formada por Bloc, Iniciativa y Verds, suma seis escaños y se consolida como tercera fuerza política en la Comunidad Valenciana, mientras que Esquerra Unida ofrece la sorpresa de estos comicios al irrumpir en la Cámara con cinco diputados.
«El PSOE se ha desfondado en la Comunitat y en toda España. Es una clara señal de cambio a nivel nacional, es la antesala para que Mariano Rajoy sea muy pronto el presidente del Gobierno de todos los españoles», apuntó Camps, que compareció ante los militantes de su partido junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En la capital, el PP revalidó su mayoría absoluta sin agobios, pese a que Barberá deja escapar un concejal. El Partido Popular logró arrebatar al PSPV-PSOE feudos históricos, como Gandía y Elche, y amplió en general sus ventajas.
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