Borrar
Loretan, en una imagen de 2002. :: F. J. PÉREZ
La montaña pierde a uno de los grandes
MAS DEPORTE

La montaña pierde a uno de los grandes

Loretan, tercer alpinista en hacer los 14 ochomiles, fallece en una vía de Suiza

ÍÑIGO MUÑOYERRO imunoyerro@diario-elcorreo.com

Sábado, 30 de abril 2011, 12:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El gran alpinista suizo Erhard Loretan fue el tercer hombre en lograr los catorce ochomiles del planeta. Había tocado los techos más altos; había superado las vías más exigentes. También había experimentado el descenso a los infiernos. Ayer fue una jornada como los demás. Abría de primero en una ascensión poco comprometida, señalizada, pero el destino le jugó una mala pasada. Nunca se sabrá. Exceso de confianza, un mal paso, un bloque traicionero... Loretan fallecía el día de su 52 cumpleaños en el Grünhorn (4.043 m), en los Alpes del Valais. Su cliente, un bernés de 38 años, está hospitalizado en estado grave.

El accidente se produjo a unos 3.800 metros en Fieschertal. Loretan había festejado su cumpleaños por la mañana, después había subido con su cliente con esquís a Grünegghorn. Allí se descalzaron para escalar. Su objetivo era arista SO, la ruta normal. Por razones desconocidas cayeron 200 metros por la cara NO. El accidente fue presenciado por otros alpinistas que estaban en el glaciar y que avisaron a los grupos de rescate. Cuando llegaron al lugar, Loretan ya había fallecido. Desaparecía uno de los mejores alpinistas de su generación. «Conocido por haber encadenado montañas como se enfilan perlas en un collar», dijo de él el diario '24 Heures' en 2002.

El destino de tantos y tantos alpinistas de élite se ha cumplido en Loretan. Tras sobrevivir a tormentas, aludes, temperaturas extremas, accidentes y la desaparición trágica de otros compañeros, encontraron la muerte en terreno conocido, cerca de casa, allí donde dieron sus primeros pasos. El mítico Lionel Terray, tras caer en una Escuela de escalada, en el Vercors; su colega Louis Lachénal, traicionado por una grieta en la Vallée Blanche (Mont Blanc)...

Fue un hombre pequeño y de poco peso. «Creativo y diferente a todo lo que se ha conocido hasta ahora», dijo de él Juanito Oiarzabal. Primaba la seguridad, pero no era amigo de encordarse. En alpinismo el 'riesgo cero' no existe y de hecho no lo quería. Pero lo reducía a un mínimo asumible. Rebajaba el tiempo en la 'zona de la muerte'.

Todo un especialista

Erhard Loretan nació en Bulle, cantón de Friburgo (28-4-1959). Muy joven comprendió que su destino estaba ligado a la montaña. Su primera escalada fue a los 11 años, el Dent de Broc (AD+). Continuó su aprendizaje entre 1971 y 1976 cuando se convirtió en ayudante de guarda del refugio suizo de Fründen. En 1.981consiguió su diploma de guía de montaña suizo y en 1986, estableció un récord al ascender 38 cimas suizas en 19 días. Entre cima y expedición, aún tuvo el tiempo de graduarse como ebanista.

Inauguró el ciclo de los ochomiles con el Nanga Parbat, junto a Norbert Joos por Diamir (10-6-1982). El último fue el Kangchenjunga, con Jean Troillet (5-10-1995). Entre medio está el Everest, techo del mundo. También con Troillet, lo hizo en un tiempo récord de 31 horas por la vía Norte o tibetana. El descenso fue vertiginoso, 3h.30' en 'ramasse' -a rastras-.

En 1996, tras cerrar el bucle y colocarse tercero por detrás de Reinhold Messner y Jerzy Kukuczka, había ascendido 22 ochomiles, repartidos en 14 cimas principales y 8 secundarias. Lo relató en su libro 'Den Bergen verfallen' (Enamorado de las montañas).

En 2001 experimentó el lado amargo de la vida. Vivió una terrible tragedia cuando su hijo Ewan falleció debido al 'Síndrome del Bebé Zarandeado'. El bebé lloraba, Loretan lo sacudió y el pequeño murió. Su condición de héroe nacional contribuyó a la difusión de la noticia. En 2003 fue condenado a cuatro meses de prisión por un tribunal de Gruyere.

El 1995 declaraba a un diario suizo. «La montaña es mi pasión, mi vida. Prefiero morir como Chamoux (un ochomilista francés fallecido en el Himalaya en 1995), que atropellado por un coche». Acertó. Ayer tenía una cita con la eternidad en el glaciar de Grünegghorn.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios