Borrar
VIZCAYA

Los piropos, la plata y el traslado «imposible»

Realidad y ficción se mezclan en las historias que explican el nombre de una estructura cuya vida está rodeada de «cientos» de anécdotas

O. IGEA

Sábado, 2 de abril 2011, 04:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La 'Carola' es una grúa, un antiguo elemento industrial de apenas 50 años, pero el aura de misticismo que la rodea es más propia de construcciones con varios siglos a sus espaldas. «Hay tantas historias y leyendas que la ficción y la realidad empiezan a confundirse», asegura el director del Museo Marítimo, Jon Ruigómez. Especialmente prolíficas son las que explican cómo la estructura tomó el nombre que la identifica. La versión más extendida dice que se lo debe a una joven señorita que en los años 50 cruzaba la ría en el bote de pasajeros de La Misericordia, muy cerca de los astilleros. Su extraordinaria belleza hacía que los trabajadores se arremolinasen para verla y gritar su nombre con la intención de captar su atención. «¡Carola, Carola!», se oyó tantas veces que el apelativo quedó para la historia.

Algunos dicen que la chica era la novia de uno de los empleados y le llevaba la comida a diario, mientras que otros objetan que en realidad la mujer respondía al nombre de Carlota y era vecina de Deusto. El viaje diario lo realizaba porque trabajaba de secretaria en un edificio del centro de Bilbao. «Nada está completamente confirmado, pero se dice que la secretaria estuvo en la inauguración del museo y de vez en cuando recibimos llamadas de gente que asegura que Carola era su vecina», relata Ruigómez.

Reflejo de Olabeaga

En los últimos años también ha dado de qué hablar el color de la grúa. Revestida de un rojo tenue desde hace años, su tono original era el de la plata. «Como se ubicaba cerca de la zona de soldadura, se optó por una pintura que resistiese las altas temperaturas. Una vez 'jubilada', durante la remodelación que afrontó en el año 2000, la 'Carola' mudó de piel. Se estudió pintarla de azul, verde y varios rojos. Ganó el tono carmesí «porque en aquel entonces aún quedaban algunas grúas en la vega de Olabeaga y todas eran de ese color», ilustra Jesús Díez, ingeniero de Tecnalia y «un enamorado» de la estructura.

Otra de las grandes historias que rodean a 'Carola' tiene su origen en los días en que la Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao acordaron su traslado: moverla varios centenares de metros desde las gradas que se ubicaban delante del astillero Euskalduna hasta su actual emplazamiento frente a la puerta del Museo Marítimo. La grúa pesa más de 200 toneladas, pero no se desmontó para su traslado. «Vino una empresa alemana para levantarla», detalla Iker Piñero, otro de los expertos de Tecnalia. El viaje estuvo a punto de ser «imposible», ya que vivió un momento «crítico» al tener que superar el puente Euskalduna. «Lo pasaron muy mal y a punto estuvieron de echarse para atrás», rememora Piñero.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios