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La obra avanza al ritmo previsto y la torre podrá abrir sus puertas en septiembre. :: FERNANDO GÓMEZ
La torre ya está medio llena
se abrira en septiembre

La torre ya está medio llena

El rascacielos albergará a 3.500 empleados de decenas de compañías, que habitarán una pequeña ciudad dentro de Bilbao El techo de Euskadi abrirá en septiembre con más de la mitad del espacio ocupado

JOSU GARCÍA josugarcia@diario-elcorreo.es

Domingo, 27 de marzo 2011, 15:04

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U n hipotético día, los 3.245 vecinos de Urduliz podrían levantarse a la vez y acudir a trabajar a Torre Iberdrola con total normalidad. Subirían en sus 22 ascensores, se distribuirían a lo alto -que no a lo largo- de 42 plantas y se sentarían en las miles de mesas y sillas habilitadas en los 50.000 metros cuadrados de superficie del rascacielos. En el interior del edificio, cabría el pueblo entero y aún sobrarían 250 puestos de oficina. Y es que, según las previsiones de los promotores del techo de Euskadi, el bloque de acero y cristal diseñado por César Pelli albergará en el futuro a 3.500 empleados de varias decenas de firmas comerciales. Habitada por abogados, administrativos, informáticos o contables, será una pequeña ciudad en sí misma dentro de Bilbao.

El futuro faro de los negocios de Vizcaya abrirá sus puertas el próximo mes de septiembre. Las primeras en mudarse serán las empresas del grupo de la BBK, copropietaria del coloso, y la sociedad eléctrica que le presta su nombre. En las siguientes semanas, antes de que finalice el año, vendrán nuevas compañías hasta ocupar algo más del 50% de la superficie disponible. Es decir, Torre Iberdrola iniciará su andadura con más de la mitad de su espacio habitado. «Para nosotros, con la que está cayendo con la crisis, es todo un éxito», explica un portavoz del grupo de personas que se encarga de mover en el mercado del alquiler las oficinas. El dato, que hasta la fecha no había trascendido, evidencia el magnetismo del rascacielos.

Además de los contratos que ya están cerrados, el comité de comercialización, que cuenta con el apoyo de la consultora especializada Aguirre Newman, mantiene conversaciones con un buen número de potenciales inquilinos. Muchas de estas negociaciones cristalizarán a corto o medio plazo, por lo que es más que probable que no pase mucho tiempo hasta que el inmueble alcance una ocupación cercana a su límite operativo. «El proyecto va muy bien», insisten desde la división inmobiliaria de Iberdrola.

Si se exceptúan los pisos reservados para los dueños del inmueble, quedan 18 plantas para los futuros arrendatarios. Cada una de ellas tiene una superficie cercana a los mil metros cuadrados. No hay por qué alquilarlas de manera íntegra, ya que se puede optar a un pedazo de rascacielos. La unidad mínima de venta es de 220 metros cuadrados. El coste de los alquileres, de entre 18 y 24 euros al mes por cada metro cuadrado. La suma fluctúa en función de la altura y también, lógicamente, según el espacio que está dispuesto a ocupar el inversor. «No es lo mismo una empresa que nos pide presupuesto por dos plantas enteras que una sociedad que pregunta por el espacio mínimo disponible».

Donde no hay diferencias es ya dentro de la propia planta, si ésta ha sido compartimentada. Los futuros inquilinos de Torre Iberdrola pueden elegir sus vistas sin recargo alguno. La forma de triángulo ligeramente ovalado y la imponente altura -la azotea se sitúa a 165 metros sobre el suelo- brindan una visión panorámica que abarca todos los ángulos de Bilbao y sus alrededores. Incluso desde el último tercio del rascacielos se divisa el mar. La compañía interesada puede optar porque sus empleados vean el arco de San Mamés, Basurto e Indautxu o Abando y el Casco Viejo. Sin olvidar que, por ahora, la vista favorita es la cara que mira a la Plaza Euskadi, el Guggenheim y la Universidad de Deusto. «Es la que más interés ha despertado», comenta uno de los miembros del comité comercializador.

Una torre de mileuristas

Por ahora, Iberdrola no quiere dar nombres de sus compañeros de viaje a bordo de su nuevo buque insignia. Lo que sí facilita es una descripción de su cliente tipo. «Las empresas que van a venir aquí son entidades asentadas y plenamente consolidadas; normalmente dedicadas al sector servicios». Entre los que ya han firmado su contrato hay grandes despachos de abogados, consultoras y firmas relacionadas con las nuevas tecnologías.

La atracción del proyecto es muy fuerte, aseguran sus promotores. Y si todavía hay espacio libre se debe, en muchos casos, a las dificultades de las empresas por desembarazarse de las que han sido hasta la fecha sus sedes. «Muchas mercantiles que vendrían encantadas aquí no lo hacen porque han firmado contratos de alquiler a muy largo plazo y se sienten atadas». Lo mismo les sucede a las que cuentan con edificios en propiedad, ya que no son buenos tiempos para la venta de inmuebles.

Por el nuevo faro de los negocios pulularán ejecutivos y altos directivos con un fuerte poder adquisitivo. Pero serán una minoría. «La mayor parte de los trabajadores serán operarios normales». En el fondo, será una torre habitada eminentemente por mileuristas. Este detalle se dejará notar en el restaurante, que «ofrecerá menús a precios muy razonables». En los alrededores aún no se ha notado el 'efecto Iberdrola'. «No hemos visto que se hayan implantado nuevos negocios y pienso que es porque la zona está muy bien dotada ya de servicios».

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