Palmada en el hombro

La batalla, al menos incruenta en estos tiempos convulsos de escaramuzas bélicas al norte de África, se perdió hace más de cuatro meses. Fue entonces cuando la Autoridad Portuaria del Bilbao -qué suntuoso suena todo a 65 kilómetros- decidió expandirse tierra adentro y optó por el paraje natural de Pancorbo. Prefirió sus condiciones a las del polígono industrial o centro logístico, no sabemos muy bién a qué carta ceñirnos en esta tierra de barajas, de Arasur. Así no todo quedaba en casa porque en vez de tributar en Euskadi a través de la Hacienda alavesa, los dineros engordarán las arcas de Burgos y, consecuentemente, las castellano-leonesas.

La elección supo aquí a desaire y los reproches alcanzaron a entidades e instituciones provinciales por la blanda defensa de los intereses propios. Como tantas otras veces, el revuelo duró lo que Sabina diría sobre dos peces de hielo en un vaso de whisky y otras noticias rellenaron las portadas para recordarnos el efímero carácter del periodismo. Seguro que quienes quieran hacerlo recurrirán al trabajo sordo y callado tras el telón para no pemitir que la 'afrenta' del Puerto -muy libre de extenderse por donde le convenga- cayese en el pantano de los olvidos. Y a dos meses de los comicios que renovarán los ayuntamientos y las Juntas, Arasur se encuentra con un guiño cómplice, una palmada en el hombro.

El polígono que se presentó como el mayor centro logístico del norte de España, en el eje terrestre Madrid-Irún y Bilbao-Zaragoza, el ferroviario al foro y a Barcelona, próximo a una terminal puntera de carga (Foronda) y cercana a los puertos de Bilbao, Pasajes y Santander perdió hace meses una buena oportunidad para engrandecerse. Quizá para compensarlo, el Gobierno vasco ha invertido dos millones que con los tiempos que corren pueden saber a 'limosna' jugosa. En época de crisis una suma de migas bien aprovechadas puede servir para elaborar un pan como unas tortas.