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AINHOA DE LAS HERAS
Domingo, 13 de marzo 2011, 12:36
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El rock-bar Kaban, con su cristalera negra, llevaba abierto en la plaza Músico Arambarri de Santutxu más de veinte años. Era uno de los locales de «toda la vida» del barrio, aunque cambió varias veces de dueños, hasta que la noche del pasado viernes una redada destapó que en los últimos tiempos en su interior presuntamente se traficaba con 'speed' (una sustancia mucho más barata que la cocaína), marihuana, hachís y 'coca'. Desde entonces, varios precintos adhesivos con el emblema de la Policía Municipal de Bilbao cubren la puerta.
«No nos extraña, la verdad, estaba abierto toda la noche y entraba gente rara, con pintas», confesaron algunos vecinos que alternaban en las terrazas de la plazoleta la noche del pasado viernes. Muchos de ellos habían visto cómo alrededor de las seis y media de la tarde varias patrullas de la Policía Municipal de Bilbao -tres según algunos- y agentes de paisano habían entrado en el bar, y cómo al cabo de varias horas «salieron con tres personas esposadas». En realidad, los detenidos fueron cuatro, entre ellos el responsable del establecimiento y tres clientes, aunque uno pidió que le ocultaran los grilletes por discreción.
Los policías municipales localizaron en el interior del pub y en una vivienda propiedad del hombre que regentaba el Kaban distintas cantidades de 'speed', cocaína, hachís y marihuana. Los cuatro arrestados fueron conducidos a comisaría y al cabo de dos horas, a las doce de la noche, «volvieron a poner el precinto», indicaron vecinos de la zona, testigos privilegiados de la operación policial.
El local quedó clausurado provisionalmente bajo la acusación de tráfico de estupefacientes en establecimiento público, lo que se considera un agravante a la hora de establecer la pena.
Vecinos y comerciantes de Músico Aranbarri, zona ubicaba entre el Karmelo y la calle Luis Luciano Bonaparte, coinciden en que el local tenía horarios peculiares y permanecía abierto hasta altas horas. «Había domingos en que a las once de la mañana veías salir a gente», apuntó una mujer. «Yo levanto la persiana a las siete y media de la mañana y muchos fines de semana aún estaba abierto. No sé qué hacían ahí toda la noche», se preguntaba el dueño de otro local. Pese a que los vecinos del entorno sospechaban que en el Kaban «se movía algo raro», aseguran que no causaba molestias; «entraban y salían pero no montaban escándalos».
Es el segundo bar que la Policía local cierra en el barrio de Santutxu por tráfico de drogas en apenas dos semanas.
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