López apuesta por mantener la «firmeza» contra ETA tras saber que la banda quería asesinarle

El lehendakari, Patxi López, apostó ayer por mantener la «firmeza» contra ETA y contra «todos aquellos que quieren imponer con el totalitarismo sus planteamientos», tras conocer que la organización terrorista había planeado matarle el año pasado con un rifle de precisión durante el homenaje a Eduardo Puelles en el primer aniversario de su asesinato. Los miembros del comando Otazua desarticulado la semana pasada en Vizcaya no pudieron cometer el atentado al no recibir el arma.

López conoció los planes terroristas la noche del lunes en Londres, donde había ofrecido una conferencia en la London School of Economics. La noticia se la dio por teléfono el consejero de Interior, Rodolfo Ares, a quien minutos antes se la había comunicado el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho. Según portavoces oficiales de la Lehendakaritza, el jefe del Ejecutivo no se lo dijo hasta la mañana de ayer al resto de sus acompañantes, entre ellos, su esposa, Begoña Gil, y los consejeros de Educación y Sanidad, Isabel Celaá y Rafael Bengoa.

Una vez que la trama terrorista salió a la luz, el líder del PSE hizo una breve valoración a los medios en Oxford, donde estaba visitando un laboratorio que acoge la primera fuente europea de neutrones por espalación. El lehendakari subrayó «la necesidad de ser muy firmes para combatir a quienes creen que la violencia es la solución» y recordó que hacía tiempo que ETA había colocado a su Gobierno en el punto de mira.

Un mes antes de que López fuera nombrado lehendakari el 5 de mayo de 2009, la banda emitió un comunicado en el que situaba al futuro Ejecutivo como su «objetivo prioritario» y tachaba de «caudillo» al dirigente socialista. Sólo una semana después de aparecer la declaración etarra, fue detenido en Francia Jurdan Martitegi. La documentación hallada permitió saber que ETA quería colocar una furgoneta bomba en Vitoria unos días antes de la investidura. No se llegó a saber cuál era el objetivo concreto.

Sin embargo, según la declaración ante la Guardia Civil de los etarras detenidos hace justo una semana en Galdakao y Bilbao, la dirección de ETA quería acabar con la vida de López antes o después. El plan conocido ayer había sido diseñado por Mikel Karrera Sarobe, 'Ata', por aquel entonces máximo responsable de la banda, quien dio instrucciones al comando Otazua para que preparase un atentado con un fusil de francotirador contra el lehendakari aprovechando el acto de homenaje a Eduardo Puelles, por ahora, la única víctima mortal de ETA en Euskadi durante el mandato de López.

Según varias fuentes, los etarras tenían que alquilar un piso en un bloque de viviendas cercano al lugar en el que, presuntamente, ellos mismos habían asesinado al inspector de Policía el 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga. Desde allí dispararían contra López. Algunas informaciones señalan que Rodolfo Ares sería otro hipotético objetivo. Ambos participaron en una ofrenda floral en la que también estaban los familiares del agente fallecido, así como otros cargos políticos.

Sin fusil

Pero, al parecer, la acción se frustró desde el principio. Los terroristas no recibieron el arma que les tenía que llegar desde Francia. Se da la circunstancia de que el 9 de enero del año pasado -cinco meses antes del supuesto atentado-, la Guardia Civil se incautó de un fusil ruso de la marca Mosin Nagant que estaba a bordo de una furgoneta interceptada en Zamora.

Según la agencia Vasco press, este arma fue de dotación regular en los ejércitos soviéticos hasta mediados de los sesenta, cuando fue reemplazada por otras más modernas. Sin embargo, ha sido empleada con asiduidad en conflictos recientes, como los Balcanes o Afganistán. Es un fusil del calibre 7,62 que es utilizado por francotiradores cuando va equipado con una mira telescópica.

El vehículo viajaba hacia Portugal, donde la organización había montado una base operativa. El objetivo de los terroristas era cargarlo de explosivos y detonarlo en las Torres Kio de Madrid, un plan que, supuestamente, también iba a poner en marcha el comando Otazua, cuyos integrantes no estaban fichados por las fuerzas de seguridad y podían moverse con absoluta libertad. La operación policial en Zamora pudo evitar tanto el atentado contra López como el de la capital de España. Karrera Sarobe fue detenido en abril del año pasado.

Ayer mismo, José Luis Rodríguez Zapatero advirtió a ETA de que, «más allá de treguas, comunicados o posturas políticas,» el Gobierno no parará hasta lograr que sus siglas desaparezcan de la vida de los ciudadanos. El presidente no quiso confirmar los planes etarras, algo que sí hizo la portavoz del Ejecutivo vasco, Idoia Mendia, quien subrayó que el Gabinete del PSE «no cambiará ni un ápice» su política antiterrorista pese a «la amenaza» de ETA.

Desde Londres, López recalcó: «Con estas cosas uno piensa en todos los amenazados que viven en el País Vasco, en esa gente que por tener ideas, ejercer una profesión o defender que su empresa tire para delante viven bajo la amenaza del terrorismo».