Borrar
La joven ecuatoriana Azucena Cañar lleva diez años residiendo en Logroño. :: ALFREDO IGLESIAS
«En Ecuador se habla de España como si se tratara de otro planeta»
Azucena Cañar, Empleada de hostelería

«En Ecuador se habla de España como si se tratara de otro planeta»

En la víspera del Día de la Mujer, Cañar recuerda que desde su llegada a Logroño, hace ya diez años, nunca le ha faltado el trabajo

MIREN BORONAT

Lunes, 7 de marzo 2011, 03:48

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Azucena Cañar decidió dejar su país natal, Ecuador, desanimada por las escasas expectativas laborales que veía ante sí. Lleva diez años en Logroño, donde se casó y tuvo a sus dos hijas, cuyo cuidado trata de conciliar con el desempeño de su trabajo. Es una lationamericana que mañana celebrará aquí el 'Día de la mujer'.

-¿Cómo decide cruzar el océano y fijar su destino en Logroño?

-Tras terminar el Bachillerato decidí estudiar Hostelería y Turismo, pero necesitaba trabajar a la vez para hacer frente a los gastos de matrícula y estancia lejos de casa. Con el tiempo me di cuenta de que me resultaba muy difícil seguir las clases y apenas me quedaba tiempo para estudiar. Las expectativas laborales tampoco eran demasiado buenas y tenía dos hermanos que habían venido aquí unos años antes. Ellos me animaron.

-¿Le costó mucho encontrar el primer empleo?

-No, enseguida encontré trabajo en una casa para cuidar a dos niños. Allí estuve durante los cinco primeros años y lo hice muy a gusto.

-No debe resultar fácil encontrar trabajo estable cuando todavía no se dispone de papeles.

-Claro, pero yo estaba dispuesta a trabajar en lo que saliera, no tenía problema con eso. Pero es cierto que disfrutar de una situación regular facilita las cosas y te allana el camino para encontrar algo mejor.

-Mejoró su situación laboral y formó una familia.

-Así es. Conocí al que se convirtió en mi marido, que también es ecuatoriano, tuvimos a nuestra primera hija hace seis años y hace siete meses que nació la pequeña. Ahora somos una familia. Hace ya cinco años que comencé a trabajar en un establecimiento hostelero, atendiendo la cocina, y estoy bastante contenta.

-Conciliar vida familiar y laboral no resulta fácil, y menos cuando te encuentras lejos de los tuyos. ¿Cómo lo hace?

-La verdad es que he tenido suerte al contar con un jefe muy comprensivo y con un trabajo que me permite seguir un horario que se adapta bastante bien a las exigencias familiares. Entro a las seis o seis y media de la mañana, preparo todo lo necesario para surtir la barra y salgo dos horas después. Regreso por la noche para recoger todo y limpiar.

-Eso le permite pasar tiempo con las niñas.

-Claro. Si tuviera que llevar a la pequeña a la guardería, que supone más de cuatrocientos euros al mes, no me compensaría trabajar. Los viernes, que trabajo hasta las dos de la tarde, una amiga se queda con la pequeña, y así nos arreglamos. A veces echo de menos tener al lado a mi madre, su apoyo cuando necesito que me echen una mano...

-¿Las cosas son mejores o peores de lo que le contaron antes de venir a España?

-En Ecuador hablan de España como si se tratara de otro planeta: piensan que aquí se ganan unos salarios enormes y que la vida es más fácil de lo en realidad es. Yo no me he encontrado con ningún problema, pero no todo el mundo se adapta igual.

-¿Su marido comparte las tareas del hogar?

-Sí, por supuesto. Él trabaja mucho, pero atiende a las niñas cuando está en casa y colabora conmigo en todo. Vemos nuestra casa como cosa de dos y en eso también me considero afortunada. Yo también le hago ver que soy una mujer independiente y que estoy con él para hacer las cosas juntos, para ayudarnos. Estar casada no te anula como persona.

-Es miembro activo de la Asociación de Mujeres Latinoamericanas en La Rioja. ¿Hasta qué punto le ha ayudado?

-Me ha ayudado en muchos aspectos: gracias a ella he realizado varios cursos, lo que me ayuda a pensar más allá, a evitar el estancamiento. Estar en contacto con otras personas te aporta ideas nuevas y te ayuda a verte como alguien independiente, con tus propias inquietudes.

-¿Piensa alguna vez en regresar a Ecuador?

-A veces, pero es mi marido el que más habla de regresar. Yo echo mucho de menos aquello y mi madre y mis hermanos todavía no conocen a la pequeña Lucía. Pero ahora nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra casa están aquí y si regresáramos a Ecuador sería comenzar desde cero de nuevo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios