La adhesión de presos disidentes crea tensiones en el Acuerdo de Gernika

La solicitud de adhesión presentada de forma individual por media docena de presos de ETA que cumplen condena en la cárcel alavesa de Nanclares de Oca ha provocado nuevas discrepancias en el seno del Acuerdo de Gernika, firmado en octubre por la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba, entre otras fuerzas sociales, políticas y sindicales.

Fuentes cercanas a los promotores del documento reconocieron ayer a EL CORREO que las «suscripciones personales» de estos reclusos, todos alineados con el sector disidente de la organización terrorista, no han hecho «excesiva gracia» a los representantes de la antigua Batasuna. Algunas voces, citadas ayer por la agencia Vasco Press, señalaron incluso que en una reunión celebrada en los últimos días la formación radical intentó vetar la incorporación de estos internos críticos con la violencia.

En su opinión, sería inoportuno que unos presos -los desvinculados de ETA- se incorporaran antes que otros -los que siguen la disciplina de la organización terrorista y son representados por el colectivo EPPK-. Estos últimos todavía no han pedido su entrada de manera oficial, a pesar de haber mostrado interés por mantener contactos con los firmantes del Acuerdo de Gernika.

Frente a los recelos de la antigua Batasuna, un nutrido grupo de firmantes de ese pacto entienden que no puede haber ningún veto previo. Si quien pide ser incluido en la iniciativa de la villa foral asume el texto fundacional «deberá ser admitido», sostienen. «Hemos recibido algunas solicitudes de presos de Nanclares, unas seis o siete, pero todavía no han sido analizadas. Lo hemos retrasado porque ahora estamos en la fase de recogida de incorporaciones de colectivos y estos reclusos no se han constituido como tal. Además, hay que dejar claro que nadie puede vetar a nadie. No está contemplado en el texto. Nunca será posible».

La vinculación de los disidentes al movimiento de Gernika parece, no obstante, próxima. «Una vez que superemos la fase de recogida de adhesiones de grupos, pasaremos a las personales», sostienen las fuentes consultadas por este periódico. En ese momento se recogerán las peticiones de los reclusos, junto a las de personalidades del deporte, la cultura, etcétera.

El proceso no se verá acelerado porque esta media docena de internos de Nanclares no parece dispuesto a constituirse en un colectivo. En un principio, sus familiares llevaron a cabo alguna iniciativa en este sentido, pero finalmente ha quedado descartada.

Visitas a las cárceles

Estos reclusos, al parecer todos firmantes de la carta 'Pasos en el irreversible proceso de paz' hecha pública en diciembre, ya manifestaron con anterioridad su acuerdo con los postulados del documento rubricado en el Teatro Liceo de la localidad vizcaína e incluso solicitaron a las organizaciones firmantes que visitaran distintos establecimientos penitenciarios para recabar apoyos de más condenados.

Nada se sabe sobre la postura que adoptarán quienes aún se mantienen en la ortodoxia de ETA. Siguen sin manifestar su adhesión al Acuerdo de Gernika, pero sí han iniciado ciertas maniobras de acercamiento hacia sus promotores mediante la solicitud de mantener encuentros. Según Vasco Press, el obstáculo podría ser que el documento menciona la concesión de libertades condicionales y beneficios penitenciarios a «los que hayan cumplido los requisitos legales».

EPPK ha publicado hasta el momento un par de comunicados sobre el texto de Gernika, del que sí destacaba su referencia a la amnistía, aunque reclamaba una oposición a la política penitenciaria y que se admitiera su categoría de presos políticos.