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Los vehículos se mantienen en perfecto estado y están ordenados por cronología y estilos, la mayoría en naves externas y algunos en los salones del castillo. :: PEDRO URRESTI
El Ayuntamiento negocia el traslado a Bilbao de los Rolls Royce de Galdames
VIZCAYA

El Ayuntamiento negocia el traslado a Bilbao de los Rolls Royce de Galdames

Mantiene conversaciones con los herederos de Miguel de la Vía para exponer en la ciudad la colección de la Torre Loizaga

TERESA ABAJO t.abajo@diario-elcorreo.com

Sábado, 5 de marzo 2011, 03:41

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El Ayuntamiento de Bilbao mantiene negociaciones con los herederos de Miguel de la Vía para trasladar a la ciudad la colección de Rolls Royce que el empresario reunió en la Torre Loizaga de Galdames, considerada la más completa del mundo. El objetivo es aprovechar el atractivo turístico de este valioso patrimonio para complementar la oferta cultural de la capital vizcaína y acercarlo a un mayor número de visitantes, con horarios más amplios y mejores comunicaciones. Si finalmente se alcanza un acuerdo, el futuro museo albergaría 43 modelos de la firma británica impecablemente conservados, mientras que otros 32 vehículos de diferentes marcas se quedarían en la fortaleza de Las Encartaciones.

Los coches clásicos eran la pasión más conocida de Miguel de la Vía, un hombre emprendedor y extremadamente discreto. Propietario de la cantera de Santullán y fundador de varias empresas de construcción, falleció en septiembre de 2009, a los 77 años, dejando un importante legado. Entre otros bienes, era el propietario de los terrenos donde se asienta el barrio de Masustegi, que adquirió en 1956 por su proximidad a la cantera. Un año después de su muerte, el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con la familia para comprar 48.692 metros cuadrados de terreno -el 90% de la superficie del vecindario- con el fin de emprender las reformas necesarias. También se hizo con otras dos parcelas que suman casi 18 hectáreas en el monte Arraiz para ampliar el anillo verde de la ciudad, todo ello al precio de 1,7 millones de euros.

A 34 kilómetros

Durante la presentación del acuerdo, el pasado mes de octubre, Azkuna rindió público homenaje a la figura de Miguel de la Vía y el abogado de la familia recordó las muchas llamadas que recibió del alcalde hasta cerrar los detalles de la operación. La negociación se fraguó durante meses con absoluta discreción, la misma consigna que se aplica al posible traslado de los Rolls Royce. Según ha podido saber este periódico, se mantienen conversaciones al más alto nivel con las autoridades municipales y también participa la Diputación, que se implicaría en la financiación del proyecto. Ninguna de las partes, sin embargo, ha hecho declaraciones sobre este asunto para no entorpecer los contactos.

Los motores de los Rolls Royce, por tanto, se deslizarían sin ruido hacia una nueva ubicación, aunque será necesario llegar a acuerdos sobre varios aspectos para completar el trayecto. No es fácil encontrar un 'garaje' adecuado para admirar estos 43 automóviles, teniendo en cuenta que se espera multiplicar la afluencia de visitantes. Para mantenerlos en perfectas condiciones, es preciso arrancar los motores y ponerlos en circulación cada cierto tiempo. A la capital vizcaína no le sobra espacio, pero tiene a su favor la baza de la centralidad. La Torre Loizaga es una fortaleza medieval de indiscutible belleza situada a 34 kilómetros de Bilbao, y a partir de Muskiz el camino discurre por carreteras secundarias. En la actualidad abre sus puertas los domingos y festivos de diez de la mañana a tres de la tarde.

Si se traslada a Bilbao, la colección perderá el frondoso paisaje que la rodea, en un entorno que invita a recorrer la comarca, y ganará accesibilidad y visitantes. Al morir De la Vía, su familia decidió que los coches siguieran exhibiéndose en el mismo lugar. Ahora deberá sopesar el interés de las instituciones, la voluntad del difunto y las condiciones económicas del traslado, por lo que no se espera que se alcance un acuerdo hasta dentro de unos meses.

El empresario apasionado de los coches dedicó cinco años a rehabilitar la Torre Loizaga, que compró en 1985 cuando estaba en ruinas y cubierta de hiedra. Con el tiempo el espacio se quedó pequeño y hubo que habilitar naves exteriores para exhibir las joyas del motor. Hasta 1999 sólo podían contemplarse el día de Santiago.

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