El tren araña más viajeros al avión

Antes de salir de viaje hay que hacer muchas cuentas. Uno debe atender, naturalmente, al precio del billete en los distintos medios de transporte. También al tiempo que dura el desplazamiento. Y, por supuesto, a las facilidades para llegar a la estación o aeropuerto de turno. Una vez analizadas todas las variables, cada vez más viajeros vascos apuestan por moverse sobre raíles en sus escapadas a Madrid y Barcelona. 500.000 el año pasado, casi un 9% más que el anterior.

Esto es una novedad. Hasta 2007 montarse en un tren para salvar estas distancias constituía un acto de valor y paciencia. Solo 292.000 personas eligieron aquel año a Renfe para desplazarse entre Euskadi y las dos principales ciudades españolas. Pero en diciembre de ese año llegaron los Alvia, esos convoyes adaptados para rodar por las vías de alta velocidad a 250 kilómetros por hora y así aprovechar el trazado AVE desde Valladolid a Madrid. Traducido en tiempo, un viaje de Bilbao a la capital española empezó a ser de cuatro horas y cincuenta minutos, frente a las más de seis horas anteriores. En 2008, con la puesta en marcha de la alta velocidad a Barcelona, comenzó a prestar servicio el Alvia entre las tres capitales vascas y la Ciudad Condal, que circula como AVE a partir de Zaragoza. El trayecto se recortó tres horas: ahora se recorre en algo más de seis. Luego, aumentaron las frecuencias.

Turismo o negocio

En definitiva, las mejoras del servicio ferroviario han disparado los usuarios del tren en tres años. Renfe cerró 2010 con más de 500.000 viajeros entre Euskadi y las dos principales ciudades españolas. 300.000 tuvieron como origen o destino Madrid -un 5,2% más que en 2009- y el resto fueron o vinieron de Barcelona, un 14,2% más que el ejercicio anterior.

Lo que ocurre en el País Vasco es una excepción con respecto a la evolución en el resto de España, donde los usuarios del ferrocarril de larga distancia han caído un 3,9% en el último año. «Es por la crisis», explican fuentes de Renfe. Según este análisis, el retroceso se debe, esencialmente, al descenso de los viajes de negocios. Y por eso no afecta a Euskadi, donde quienes se suben al tren para ir a Madrid o Barcelona lo hacen, fundamentalmente, por ocio. Para viajes de trabajo la hegemonía del avión sigue siendo incontestable por cuestión de tiempo.

En cualquier caso, los aeropuertos vascos han notado la competencia del ferrocarril el año pasado. Sobre todo en las conexiones a Madrid. En Loiu los viajeros cayeron un 4,3%, en Hondarribia un 10% y en Foronda un 11,7%. En este último aeródromo los datos son tan pírricos que el único vuelo de pasajeros que le queda, operado por Air Nostrum, dejará de funcionar este año. En buena medida porque la competencia con el Alvia es mayor que en las otras dos capitales ya que el viaje de Vitoria a Madrid dura poco más de tres horas y media.

En los vuelos a Barcelona hay un comportamiento diferente. En Loiu los pasajeros suben un 6,3%, mientras que en Hondarribia caen un 15%. Esto último se explica fácilmente si se vuelve la vista hacia los números del Alvia: en 2010 sus pasajeros aumentaron en su conexión San Sebastián-Cataluña hasta los 111.264, frente a los 89.615 del ejercicio anterior. Una vez más, el tren araña usuarios al avión. Eso sí, el vuelco llegará cuando esté en servicio el TAV (los optimistas apuntan a 2016). Hay antecedentes; el último, en Valencia, donde un mes después de comenzar a funcionar el AVE hacia Madrid, Ryanair e Iberia dejaron la conexión por el desplome de viajeros.