«Es una gran idea de Merkel» vincular productividad y salarios

Cuando hace exactamente una semana la canciller Angela Merkel propuso que en España se ligue la productividad a los incrementos salariales, la propuesta provocó una severa controversia. Pero, poco a poco, el planteamiento de la todopoderosa política alemana ha ido sumando apoyos que ya han trascendido de las ideologías y de los colores partidistas. En Euskadi, esa tesis también ha logrado adhesiones relevantes. Ayer recibió el apoyo explícito del diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, que, al igual que hizo el Gobierno vasco el día anterior, se mostró a favor de vincular el rendimiento empresarial a la evolución de los salarios. Y es que, a su juicio, el actual modelo, que sólo tiene en cuenta la evolución del IPC, es «esterilizante».

«Estoy absolutamente de acuerdo». «Es una gran idea de Merkel». De esa manera se refirió Bilbao a la polémica cuestión durante su intervención en el III Foro Liderazgo Euskadi. El mensaje tenía calado, ya que fue lanzado ante una muy relevante representación de la clase empresarial vasca. En ese cualificado foro, el responsable foral vizcaíno no tuvo ningún inconveniente en reconocer la «sana envidia» que le produce el hecho de que, en un contexto de crisis sin precedentes como el actual, la Sdministración, los empresarios y los sindicatos germanos hayan apostado por mantener el empleo, aún rebajando los sueldos si fuera necesario.

Vaparalo a ELA

Pero el propio Bilbao echó un jarro de agua fría a la posibilidad de que algo similar pudiera ocurrir en Euskadi. «Eso aquí es implanteable y así nos va y así les va», se lamentó. Pese a calificar como «necesario» un gran acuerdo social en Euskadi «de estabilidad en el empleo, que nos garantice un crecimiento sostenido y compartido» apoyado en una «nueva situación de paz», inmediatamente se declaró convencido de que tal pacto resulta «inviable» e «imposible» por la grave confrontación sindical existente en el País Vasco.

En ese punto, el político vizcaíno criticó con crudeza la actuación de la principal central vasca, ELA, a la que no dudó en calificar como un sindicato «antisistema». «No es que lo diga yo. Ellos mismos se manifiestan como un contrapoder, no como un sindicato que alcanza acuerdos y negocia convenios», espetó, para acto seguido lamentar que con ese estilo de representación sindical «es muy difícil llegar a acuerdos».

Sea como fuere, y pese a las dificultades, José Luis Bilbao insistió en la necesidad de valorar la productividad a la hora de negociar los convenios. Admitió que es complicado calibrar ese concepto, pero abogó por la aplicación de fórmulas mixtas -«las hay»- que permitan tener en cuenta tanto la evolución del IPC como la del rendimiento empresarial a la hora de pactar los incrementos salariales.

En suma, en esa cuestión el dirigente nacionalista coincide plenamente con la tesis expuesta el miércoles por la consejera vasca de Trabajo, Gemma Zabaleta, quien también se posicionó a favor de que el factor IPC no sea el único tenido en cuenta.

El debate en torno a la competitividad no fue el único asunto de índole puramente económico planteado ayer por José Luis Bilbao durante su discurso. También abordó, respondiendo a una pregunta planteada por el director de EL CORREO, Juan Carlos Martínez, otro tema plenamente actual: la nueva vuelta de tuerca al sector de cajas de ahorro y la hasta ahora imposible fusión de la BBK, Vital y Kutxa.

El diputado general no alberga ninguna duda: «El modelo de cajas está muerto», porque ese sistema ha sido «un desastre». Un caos del que, obviamente, excluyó a las tres cajas vascas.

La fusión

A partir de esa premisa, aventuró que serán aquellas entidades capaces de tener un banco las que podrán sobrevivir en el futuro. Y en ese contexto puso como ejemplo a seguir a la BBK, que ha creado BBK Bank, y de la que dijo que está tomando «decisiones profesionales, oportunas y necesarias en este momento»

En torno a la esquiva fusión de las tres cajas vascas, José Luis Bilbao lanzó una advertencia con carga de profundidad. «Puede ocurrir que dentro de 15 días no haya nada que fusionar», sentenció, alertando de que las drásticas modificaciones que está introduciendo el Gobierno en ese sector -en breve aprobará un nuevo decreto- pueden suponer cambios irreversibles en el actual marco jurídico y legal de la cajas.

Más allá del aviso, el dirigente vizcaíno aprovechó la ocasión para mostrar su desacuerdo respecto a la critica de que los políticos, en general, han impedido hasta ahora la integración de la BBK, la Vital y la Kutxa. Tras descargar de cualquier responsabilidad al PNV, recordó que el primer intento a tres bandas se «abortó» por las presiones del PP en Álava y el «miedo escénico» del PSE. Y respecto al plan, también fallido, de fusión entre la BBK y la Kutxa, lamentó que los representantes socialistas «brindaran con champán» cuando fracasó.