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Un grupo de personas observa el traslado de Iker Moreno, tras ser detenido en Burlada. :: EFE
ETA intentó hasta 3 meses antes de la tregua impartir directrices a Batasuna
según Los últimos documentos incautados por la Guardia Civil

ETA intentó hasta 3 meses antes de la tregua impartir directrices a Batasuna

Ekin sostenía reuniones periódicas con la izquierda abertzale, convencida de tener la «función directiva» sobre cómo actuar en el «proceso democrático»

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Lunes, 24 de enero 2011, 09:40

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Al menos hasta tres meses antes de hacer público su primer comunicado en el que decretaba un cese de las «acciones armadas ofensivas», ETA intentó tutelar las actuaciones de la izquierda abertzale radical. Los últimos documentos incautados por la Guardia Civil al entorno de Batasuna y a la propia organización armada revelan que ésta quiso dirigir al movimiento abertzale ilegalizado hasta finales de junio de 2010. Lo hacía a través de reuniones periódicas entre miembros de Ekin, considerados como los 'comisarios políticos' de la banda, y responsables de Batasuna y de otras organizaciones proscritas.

Los informes del instituto armado apuntan, asimismo, a que ETA siguió hasta principios del año pasado generando documentos y manifiestos internos en los que se arrogaba, durante «varios años» más, el papel de «dinamizadora política» del mundo radical vasco.

Todo este material ha sido remitido por la Jefatura de Información de la Guardia Civil al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, quien el sábado envió a la cárcel a cinco de los dirigentes de Ekin en Navarra acusados de seguir intentado imponer las tesis etarras al entorno abertzale. Entre los detenidos se encuentra Iker Moreno Ibáñez, hijo del portavoz de Batasuna Txelui Moreno.

Los documentos de las diligencias previas 285/10 en los que el magistrado basa sus imputaciones, no obstante, son todos anteriores a la primigenia declaración de tregua, realizada el pasado septiembre. Sin embargo, parecen demostrar que la dirección terrorista no tenía intención hasta entonces de dejar paso a sectores aperturistas o alejados de su ortodoxia dentro de las filas de la izquierda radical.

En octubre de 2009, en la misma operación en la que la Policía detuvo a Arnaldo Otegi por el 'caso Bateragune', los funcionarios ya se incautaron de un documento donde la coalición reservaba el «modelo de dirección» a Ekin. El año pasado, en febrero, la caída del entonces jefe militar de ETA, Ibon Gogeaskoetxea, en Francia llevó a descubrir otro informe, 'Hormiga Roja', en el que la banda dejaba en manos de sus 'comisarios' la misión de hacer «profundizar en la madurez política» a los colectivos independentistas para que éstos «aumentaran su eficacia política». Y en ese documento, Ekin hacía un apunte inquietante: se reservaba esa misión de 'tutela' de la izquierda abertzale durante «varios años».

En abril de 2010, otro golpe policial, esta vez al aparato 'H-Alboka', el de los abogados acusados de ser enlace entre los presos y ETA, permitió descubrir otro manifiesto de Ekin muy revelador. En ese papel, denominado 'Ejes de la estrategia de cara al proceso democrático', esta organización se arrogaba, de nuevo, el papel de «función directiva» de la izquierda abertzale a «nivel nacional». Cuatro meses antes de la tregua, Ekin, considerado el 'brazo político' de ETA, insistía en aumentar su «influencia», sobre todos en los pueblos, para no perder el control de Batasuna.

Fue la propia Ekin la que se encargó de que las directrices plasmadas en todo ese goteo de documentos llegaran a las organizaciones independentistas. El golpe del martes pasado de la Guardia Civil en Navarra ha dejado al descubierto una serie de reuniones durante el primer semestre de 2010 para transmitir órdenes de la banda. En ellas habrían participado varios de los detenidos, algunos en calidad de 'desdoblados'; es decir, como miembros de Ekin y de Batasuna u otros colectivos afines.

Solo entre el 2 de febrero y el 24 de junio, y únicamente en la comunidad foral, los presuntos 'comisarios políticos' mantuvieron seis encuentros clandestinos con miembros de «diferentes organizaciones de la izquierda abertzale», tales como Batasuna y Askatasuna para dar las instrucciones de la banda ante el entonces ya inminente alto el fuego terrorista, confirman los informes remitidos a la Audiencia Nacional que, sin embargo, no revelan un dato clave: si siguió habiendo reuniones de «coordinación» entre ETA y los grupos de su entorno tras el anuncio de tregua del 5 de septiembre. Entre las decenas de atestados que obran en poder de Marlaska no hay una sola referencia a lo ocurrido en los últimos siete meses.

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