«El PNV saldrá fortalecido de los casos de Álava»

Sobre la mesa de cristal del despacho de Andoni Ortuzar descansa un grueso taco de fotocopias. Son las informaciones del día sobre las supuestas tramas de espionaje y corrupción en Álava, que el líder del Bizkai buru batzar ha devorado antes de la entrevista. La consigna es clara: el PNV «como sigla» no tiene nada que ver con los turbios asuntos que se derivan de los sumarios judiciales -nada de alentar disputas internas- y una nueva línea de discurso, la del «interés electoral» que, según asegura, mueve a PSE y PP. Más tarde se conocerá que los tres afiliados jeltzales implicados, Alfredo de Miguel, Aitor Tellería y Koldo Otxandiano, han decidido entregar el carné del partido a la espera de que se resuelva el proceso judicial. Iñigo Urkullu se lo había pedido hace seis meses.

- ¿Satisfecho de esta respuesta?

- Era algo que el EBB había planteado por su propio bien y por el del partido. Ellos podrán defender mejor su inocencia y el PNV, evitar el linchamiento al que se está viendo sometido.

- La entrega de los carnés, ¿zanja la crisis?

- Lo que permite es que todo vaya por un camino más natural.

- ¿Cree que han tardado demasiado en escuchar los requerimientos del EBB y de Iñigo Urkullu?

- Sí, pero mejor tarde que nunca. La primera obligación de un militante es proteger el prestigio del partido.

- ¿Se siente aludido cuando los tres imputados reprochan al PNV una cierta falta de firmeza a la hora de defender su inocencia?

- No. El PNV ha defendido desde el minuto uno su presunción de inocencia, pero el EBB se debe a los más de 30.000 afiliados que tiene el partido, y por ellos hay que defender el buen nombre del PNV.

- Ustedes habían admitido que su vinculación al PNV les dañaba.

- Tenemos unos estatutos garantistas y, mientras sean los que son, debemos cumplirlos a rajatabla. Los afiliados tienen derechos. Pero viendo el daño que se estaba haciendo al partido, la utilización tan burda para dañar la imagen electoral y política del PNV, como afiliados todos ellos de larga trayectoria deberían haber sabido poner al partido por encima de su interés como defensa y del desgarro de tener que abandonar dando la sensación de que reconoces tu culpa.

- ¿Han calculado el coste político de los escándalos descubiertos en Álava?

- El PNV está viviendo estos días con preocupación, pero vamos a salir fortalecidos.

- ¿Por qué creen que no habrá consecuencias penales?

- Primero, porque la sigla PNV no está detrás de los comportamientos investigados. Segundo, porque PSE y PP están haciendo una utilización tan obscena que la ciudadanía se va a dar cuenta de que lo que hay detrás es un mero interés electoral, que se está mintiendo, manipulando y retorciendo supuestas verdades. Tercero, porque, como todas las pruebas en la vida, si las superas sales fortalecido de ellas.

- Cuando habla de la sigla PNV, ¿incluye al Araba buru batzar? Iñigo Urkullu solo exoneró a la «dirección nacional».

- Se han descontextualizado sus declaraciones. Cuando hablamos de la sigla, hablamos de la sigla en toda su extensión y en todos los ámbitos territoriales. Las declaraciones del lunes del presidente del ABB fueron elocuentes.

- ¿Pone la mano en el fuego por todas las ejecutivas del partido?

- Ponemos la mano en el fuego por la organización. Hay encausadas personas concretas, no la organización.

Daños al partido

- ¿Ha echado en falta más contundencia por parte de Iñaki Gerenabarrena, líder del ABB?

- El cuerpo del partido ha respondido como se debía, pero hay un factor humano que no podemos perder de vista. Cuando tú ves que hay personas que han estado muy cerca de ti, con independencia de que sean culpables o no, que están sufriendo, están teniendo problemas y presiones de todo tipo, es lógico que ese factor pese, lo que demuestra calidad humana. Pero hay que quedarse con los hechos: las palabras de Urkullu no admiten duda y las de Gerenabarrena tampoco.

- Este último aprovechó para cargar contra los medios, el PP...

- Es verdad que se está exagerando y estirando este caso. Es compatible ser tan contundente como fue Iñigo, su nítido posicionamiento ético, con un análisis del contexto.

- ¿La cercanía de las elecciones?

- Sí. La utilización que se está haciendo, por ejemplo, de la comisión de investigación, que se está convirtiendo en un vodevil. Como tienen datos lamentables y saben que van a ser incapaces de remontar su situación electoral, PSE y PP deciden poner en marcha el ventilador.

- Ustedes apoyan que las comisiones sean públicas.

- Visto el fiasco y la incontinencia verbal de algunos, mejor que sean públicas. Pero debemos preservar la imagen de los comparecientes.

- ¿Entiende la suspicacia que puede generar que ustedes no hayan tomado medidas más contundentes?

- Lo siento mucho, pero PSE y PP no son quiénes para pedir cabezas al PNV. Este asunto se dirime en tres ámbitos: el judicial, con el que somos respetuosos aunque pedimos celeridad, porque llevamos diez meses de instrucción y si todo está tan claro...

- ¿Está diciendo que se dilata a propósito para perjudicar al PNV?

- No sabemos si es así o no, pero el efecto sí está siendo ése. Otro ámbito es el interno, y nos tienen que respetar. Si estamos haciendo algo mal, nosotros cosecharemos las consecuencias. Y el tercero es el público: nos debemos a la ciudadanía.

- El líder del ABB es amigo personal de los imputados. ¿Les podría proporcionar más información?

- El problema no es de información, queremos definiciones. Pedimos a los tribunales, aun respetando sus ritmos, que lo aclaren. A nadie se le oculta la utilización política tremenda de este tema. Si esto sigue mucho tiempo, el efecto objetivo es que el PNV sale perjudicado.

- A los escándalos se suma la propia convulsión interna en Álava. Lo que sucedió con los candidatos a la Alcaldía de Vitoria parece sintomático.

- Somos un partido vivo, afortunadamente. La gente decide quiénes son sus candidatos. Los procesos electorales internos quedan lejos.

- Son este año.

- Sí, pero no vamos a despistarnos. Hay gente que intenta que nos obsesionemos con este tema dentro de casa y nos olvidemos de las elecciones o de la gestión en plena crisis. Quieren desestabilizarnos.

- ¿Los sumarios están tensando la vida interna del partido?

- No es agradable, pero no está habiendo encontronazos internos. El domingo en Durango la ovación más espontánea fue para Iñigo, y allí estábamos todos.

- ¿Hay riesgo de que se remuevan las aguas y que eso complique la renovación del EBB?

- Eso lo dirán las bases. La situación del partido es bastante saneada en lo interno y en lo externo. Estos tres años han conducido a un partido muy equilibrado internamente, con un altísimo nivel de diálogo y de toma de decisiones por unanimidad. Ahí se entiende el nerviosismo de PSE y PP, porque nosotros tenemos encuestas y ellos también.

- Y en estas aparece Xabier Arzalluz para decir que de tan prudentes parecen ustedes catalanes.

- Nunca valoro las declaraciones de los expresidentes del partido. Pero parece que hay un virus o síndrome del expresidente, hemos oído a Aznar, González, ahora a Arzalluz... Lo dejo ahí.

- Entonces, no querrá comentar tampoco eso de que Ibarretxe les da «cien vueltas»...

- No tengo inconveniente en reconocer los méritos ajenos, y menos los de Ibarretxe.

- Y a la vez se celebra el juicio contra Juan Ramón Ibarra por supuestas irregularidades en la Hacienda vizcaína. ¿Teme que se genere un clima que asocie al PNV con prácticas turbias?

- Ese es un buen ejemplo para ver en qué devienen este tipo de casos. Se habló de financiación 'b' del PNV y quedó tan claro que no era así que la Fiscalía cerró esa línea de investigación. Está muy claro que el PNV no tiene nada que ver. Tenemos una suerte tremenda con los procesos, siempre coinciden con épocas electorales. No quiero pensar que se activan y se desactivan por eso...

- Se vuelve a cuestionar el control que el PNV como partido ha ejercido sobre la Ertzaintza.

- No, eso es un disparate. Hay que valorar las cosas que se dicen en función de quien las dice y éste (el testigo que declaró ante el juez que Gorka Agirre controlaba la Policía autónoma) no es precisamente fiable: ha sido condenado por difamación e injurias. Pensar que algo tan serio como la lucha antiterrorista se gestionaba así es política ficción.

- ¿Lo descarta categóricamente?

- Pensar que Balza o Atutxa van a dejar sus responsabilidades en manos de una dirección política oculta es increíble. Vamos a dejar en paz a los muertos, a Gorka Agirre, a Retolaza... Solo faltaba que los malos sean capaces de difamar a los buenos. Eso duele mucho en los entornos familiares, y todo para nada.