«Lanbide necesita tiempo para prestar un buen servicio y evitar el colapso»

El mantenimiento del servicio es una de las consignas prioritarias de Lanbide durante el complejo proceso de transición que se inicia hoy con la asunción de las transferencias de las políticas activas de empleo, y que reunirá en el organismo competencias y tareas que hasta ahora desarrollaban tres entidades diferentes: el Gobierno vasco, la sociedad pública Egailan y el antiguo Inem. Por ello, su director general, Javier Ramos -vinculado desde hace más de una década a cargos de responsabilidad en el servicio vasco de colocación- pide tiempo para evitar un posible «colapso». De entrada, ciudadanos y empresarios no «sufrirán» cambios a la hora de trabajar con el nuevo organismo, promete.

- ¿Cómo va a ser la transición del Inem al Servicio Vasco de Empleo?

- Nuestro objetivo es que en una primera fase ni los ciudadanos ni las empresas perciban el cambio salvo en lo estético. No queremos que sufran las consecuencias de una transición que va a ser muy compleja, por lo que se pretende que los primeros cambios sean mínimos. Es decir, seguirán vigentes las mismos horarios en las mismas oficinas y se prestarán los mismos servicios para evitar disfunciones.

- ¿Cuándo alcanzará el nuevo organismo velocidad de crucero?

- En términos médicos yo diría que el primer semestre lo vamos a dedicar a estabilizar al 'enfermo'. El objetivo prioritario es evitar que en este periodo de transición pueda producirse un colapso. Es necesario que todo funcione y que no se presenten limitaciones de gestión como consecuencia de la integración de tres servicios y organismos diferentes -Egailan, Gobierno vasco y el antiguo Inem-. El consejo de administración nos pide que a partir de julio Lanbide tenga ya una impronta propia.

Integrar el equipo humano

- ¿Cuáles son los pasos para realizar con éxito esa triple fusión?

- En primer lugar hay que integrar el equipo humano, una tarea de enorme complejidad, pero factible porque la va a realizar gente muy valiosa. Hay que gestionar el acuerdo laboral que se va a cerrar en breve -retribuciones, marco laboral y homologación-; definir los empleos, y negociar y planificar la relación de puestos de trabajo (RPT), aspectos todos que son críticos para lograr la paz social en el organismo. A continuación, a finales de este nuevo año, se materializará la RPT y el lanzamiento de una Oferta Pública de Empleo (OPE) para 175 personas, de las cuales la mitad se destinarán a personal de oficinas y servicios y la otra mitad a la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos, que asume Lanbide. La plantilla final será de 750 personas.

- ¿Y qué hay del resto de capítulos?

- Hay que definir la titularidad de las infraestructuras, su dimensión y manteniendo las necesidades del nuevo modelo. La previsión es llegar a las 43 oficinas al finalizar 2012. Unas sedes permanecerán, otras cerrarán y otras se abrirán, aunque previsiblemente no habrá ninguna modificación en lo que a municipios se refiere. Las tres capitales vascas contarán con una oficina más cada una. En cuanto a la tecnología, el objetivo es que el próximo 14 de marzo esté lista una única base de datos, conectada con las de las comunidades autónomas y la Administración central. El acuerdo para lograr ese objetivo ya está suscrito.

Perfil técnico

- ¿Cómo interpreta la designación de un director general con perfil técnico frente a la opción de uno político?

- Supongo que en esta decisión del Gobierno vasco se habrá sopesado un reparto competencial dentro del ente público Lanbide. El consejo de administración va a ser el órgano soberano, en el que estarán presentes el Gobierno vasco y los agentes sociales; y el presidente, que es la consejera de Empleo, tiene también un perfil político. El director, por su parte, carece de competencias políticas, lo que da un cierto equilibrio a la cúpula del organismo. Además, se pretende que la estructura profesional sea estable y caracterizada por su perfil técnico.

- ¿Cómo pueden afectar a su gestión las críticas de los sindicatos nacionalistas al organismo y su hipotética ausencia del consejo de administración?

- Entiendo que la presencia o no en este órgano -que deseo lo más amplia posible-, puede afectar a toda la gestión. En la medida que el consejo esté suficientemente representado y asuma sus funciones, las decisiones que adopte por consenso o mayoría simple nos van a venir en cascada hacia abajo. Por tanto, va a tener repercusión .

- Qué plazos se han dado para la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI)?

- La asunción de esta competencia depende de la reforma de la ley vasca que la regula. Si la modificación es la prevista hasta ahora, el reconocimiento y pago de la prestación y la activación laboral de los beneficiarios correrá a cargo del Servicio Vasco de Empleo. Creo que se dará un periodo razonable de tiempo para adaptarse a la nueva situación, porque no conviene forzar mucho la máquina en un proceso de una complejidad sin precedentes como es la puesta en marcha de Lanbide. Con todo, espero que el servicio de Renta de Garantía de Ingresos pueda ser gestionado a finales de este año 2011.

- ¿No teme que su estreno venga acompañado de una subida oficial del paro por la gestión de ese servicio?

- No está claro aún si todo el personal perceptor de esta renta que no está inscrito en las oficinas de empleo vaya a terminar en las listas del paro. Muchas personas tienen que inscribirse en principio, pero puede que no acaben ahí. Es el caso, por ejemplo, de los inmigrantes que no tienen permiso de trabajo. Es pronto aún para vaticinar las consecuencias de esa medida.

- ¿La inminente regulación de las empresas de colocación con ánimo de lucro va a afectar de alguna manera a Lanbide?

- Aunque la norma que las va a autorizar se está discutiendo aún, es seguro que de alguna manera van a interferir en nuestro trabajo. Se trata de dos tipos de ofertas diferentes para un ámbito común, en las que competiremos en algunos casos mientras que en otros prestaremos servicios diferentes. Por ejemplo, ellas trabajarán en la cesión de mano de obra, en contratos de alta rotación o en servicios de selección muy intensa.