El Ayuntamiento colocará una alfombra en el puente Calatrava para atajar los resbalones

El suelo resbaladizo del puente de Calatrava lleva años acechando a los peatones en los días de lluvia y frío. El Ayuntamiento le ha dado muchas vueltas a esta superficie: se han probado distintos barnices y tratamientos antideslizantes con mayor o menor efectividad. Mediatizadas por el litigio sobre la propiedad intelectual de la obra que se mantenía con el arquitecto valenciano, ninguna de estas medidas ha conseguido acabar de forma definitiva con los patinazos, que se repiten con relativa frecuencia en los meses de heladas. El Consistorio empezará a instalar hoy mismo una nueva solución, que no guarda parangón con lo realizado hasta ahora y que persigue zanjar este problema, que se desató poco después de la inauguración de la controvertida infraestructura, en 1997. Se trata de una especie de alfombra «de rizo de vinilo» de 16 milímetros de grosor de «gran adherencia» que permanecerá instalada en los meses de invierno y se retirará en verano.

La moqueta está pensada para facilitar el tránsito entre el Campo Volantín y la zona de Mazarredo sin 'tropezones'. Su diseño se adaptará a la forma y a las dimensiones de la pasarela, donde se ocupará el centro de la pasarela y se dejarán dos filas de vidrios libres a cada lado del puente. Las características del felpudo permitirán que el agua no se acumule en el tablero, según fuentes conocedoras del material.

La instalación de la alfombra durará varias jornadas y se realizará en horario nocturno para tratar de perturbar lo menos posible a las personas que utilizan la estructura de Santiago Calatrava. El tapete, que se soldará a la estructura, sólo se utilizará durante los meses de frío y lluvia y se podrá quitar cuando el mal tiempo empiece a amainar. El Ayuntamiento, según los medios consultados, abordará esta medida como parte de las labores de mantenimiento que ya se realizan en la infraestructura.

Diversas soluciones

El área de Obras y Servicios del Consistorio ha barajado diversas soluciones para los patinazos e incluso se planteó la posibilidad de cambiar la superficie de la pasarela 'Zubi-Zuri' cuando se diese carpetazo a la batalla judicial que se mantenía con el autor de la obra, a raíz de la prolongación de la pasarela con un enlace peatonal firmado por Arata Isozaki. Esta opción se planteó hace 3 años, durante un pleno municipal en el que el equipo de Gobierno recibió el apoyo de los partidos políticos para afrontar la renovación. Desde entonces, además de losetas de distinta rugosidad, una de las principales medidas paliativas que se han adoptado para frenar los patinazos fue la colocación de una serie de cintas de Corindón, un material antideslizante, que fueron instaladas en forma de hileras a lo largo del tablero, en las escaleras y en las rampas de acceso del puente.

Con el conflicto judicial abierto, todas las opciones que manejaba el Ayuntamiento partían de la base de que cualquier revestimiento que alterara de forma sustancial la estética de la pasarela podría enconar el conflicto con el arquitecto valenciano, que ha mantenido numerosos enfrentamientos con otras instituciones por el diseño de sus obras. Además de los problemas surgidos en el Aeropuerto de Bilbao, Calatrava ha sido criticado por sus trabajos «poco prácticos» en diversas ciudades. Entre ellos, figura el puente que proyectó sobre el gran canal de Venecia, que se ha topado con todo tipo de problemas.

La batalla que mantenían en los tribunales el Ayuntamiento y el arquitecto se zanjó el pasado año, después de que el Consistorio renunciase a recurrir la sentencia de la Audiencia de Vizcaya que consideró el enlace peatonal creado para facilitar el tránsito como una vulneración de la integridad de la obra artística. La decisión de los jueces solapó un fallo anterior del Juzgado de lo Mercantil que daba la razón a los responsables municipales, que defendían que el interés público debe prevalecer sobre los derechos de autor. La Audiencia de Vizcaya impuso un castigo simbólico al Consistorio: la pasarela de Isozaki seguirá en su sitio y la indemnización se redujo a 30.000 euros. Ante esta situación, el Ayuntamiento decidió no recurrir al Tribunal Supremo.