«Estoy a favor de una memoria compartida»

- Su primer cometido al frente de la dirección de Derechos Humanos fue reformular el antiguo plan de paz. Menuda tarea.

- Fue mucho trabajo. Hablar de paz y derechos humanos en Euskadi es hacerlo de la violencia que llevamos soportando cincuenta años, aunque a algunos no les guste mucho que digamos esto. Ésa es la impronta que le faltaba. Centrarnos más en lo que nos toca ahora, que es la convivencia democrática, en lugar de hacerlo en términos de paz mundial y global.

- ¿Se esperaban tanta polémica?

- Éramos conscientes de que podía darse. Recuerdo que se hizo un esfuerzo importante por llegar a un acuerdo con el principal partido de la oposición y quedó en lo que quedó. Dijeron que sí, pero luego escenificaron más un no. Fue una decepción, pero no nos ha marcado.

- Esa bronca política no se ha vivido esta vez con el informe de víctimas policiales. ¿Ha habido una mejor gestión?

- Yo creo que sí, en lo que a mí respecta. Ahora bien, la otra parte tendrá también que hacer un análisis sobre si hicieron bien o mal entonces. Cada uno tendrá que sacar sus conclusiones.

- ¿Está a favor de que las víctimas de motivación política acudan a las aulas a dar su testimonio de manera presencial?

- Podrían, yo no lo descarto. Además, así lo ha dicho la consejera de Educación, Isabel Celaá. El primer paso para que las víctimas adquieran ese valor pedagógico es que tengan un reconocimiento. Las del terrorismo tienen el caparazón de la ley, y con éstas pasará igual.

- ¿El siguiente paso será incluirles en el Día de la Memoria?

- Cuando se haga ese primer recorrido, sí. Yo estoy a favor de una memoria compartida. Si yo comparto lo tuyo y tú lo mío es muy significativo, humanamente.

- Su estreno en el Parlamento vasco fue sonado. Afirmó que la sociedad vasca había permanecido «anestesiada» con respecto a las vulneraciones de derechos humanos, lo que le valió una reprimenda de los partidos de la oposición.

- Sigo pensándolo y asumo también esa responsabilidad. No es algo que sólo diga yo. El propio Ibarretxe cuando era lehendakari dijo que no habíamos estado a la altura. Creo que el salto más importante, por muy triste que sea, que dimos con respecto a los afectados por el terrorismo fue cuando ETA decidió que todos podíamos serlo, no sólo los cuerpos y fuerzas de seguridad. Ahí empezamos a tomar conciencia.