Ejercer de padre, una actividad minoritaria

Los hijos son de dos. De aita y ama. A partes y en condiciones iguales... en teoría. Porque en la práctica, y de puertas para adentro, la cosa cambia. Y es que en esta presunta era de la igualdad -amparada con leyes, refrendada con un Ministerio y puesta en valor con propuestas más o menos útiles como la de hacer valer el orden alfabético para acabar con la prevalencia del apellido paterno- los hombres siguen siendo padres a tiempo parcial. No en vano, solo el 7% se implica de igual manera que sus mujeres en el cuidado de los hijos y apenas cinco de cada cien se ha visto en la obligación de tener que dejar su trabajo para criar a sus retoños.

No lo dicen ni el PSOE ni el PP. Tampoco una asociación feminista, ni una organización religiosa. Lo dicen ellas, las mujeres y, por extensión, madres, que se siguen echando a la espalda el enorme peso de la responsabilidad que supone la crianza de sus hijos. Ése es, por lo tanto, el verdadero valor del estudio que la Fundación La Caixa presentó ayer en Madrid. Porque, pese a que el 69% de los hombres españoles aboga por un modelo de familia «igualitaria o simétrica», lo cierto es que a la hora de la verdad siguen sin dar, cuando menos, la misma talla.

Y es que, si bien un 51% ejerce tareas en el cuidado y la educación de los niños de una forma responsable, incluso intensa, solo el 7% se encarga de ellos en condiciones de igualdad completa. Y eso, a la larga, degenera en un sentimiento de culpa y de preocupación intensa en la madre.

Dejar de trabajar

Así, esa sensación de responsabilidad explicaría que el 23% de las madres españolas de niños menores de cinco años haya tenido que dejar su trabajo o sus estudios en los últimos cuatro años para atender a sus hijos, frente a solo un 4,8% de los hombres. Un dato que no sorprende si se tiene en cuenta que uno de cada cuatro varones sigue creyendo que la mujer debe dejar de trabajar mientras los niños no estén escolarizados. Ahora bien, el informe también pone de manifiesto que el número de madres dispuestas a renunciar a sus aspiraciones profesionales por la crianza de los hijos ha decrecido en los últimos años.

Esta realidad, unida a la entrada en vigor de la Ley de Igualdad en 2007, explica, además, que el número de padres que se acogen a día de hoy al permiso de paternidad -se amplió de dos a quince días- se haya multiplicado por cuatro.

Bajo el título 'Infancia y futuro', el estudio de la Fundación La Caixa no solo ofrece, en palabras de su director general, Jaime Lanaspa, «un análisis inédito de las condiciones de vida de la población infantil en un contexto familiar en evolución y afectado por la coyuntura social y económica actual», sino que lanza también una serie de advertencias.

En concreto, el informe apunta que la poca implicación del padre entre los 0 y los 10 años aumenta la probabilidad de que los niños sufran desafección escolar -problemas para seguir una asignatura, falta de concentración o fracaso escolar-, baja competencia emocional -tristeza, malestar o agresividad- y tasas más elevadas de obesidad.

«No se trata tanto de un efecto directo, sino de una serie de dinámicas que se producen en los hogares donde impera un modelo tradicional», esto es, aquel que huye de la corresponsabilidad en el hogar hacia la que, pese a las «diferencias» se están dando «pasos importantes», resume el sociólogo y coautor del estudio Pau Marí-Klose.