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Una señora coloca carteles con la palabra 'traidores', ayer, en las puertas de la sede del primer ministro irlandés. :: AFP
La Unión Europa sale al rescate de Irlanda
plan de ajuste a dublín

La Unión Europa sale al rescate de Irlanda

Dublín, acuciado por el deterioro de su deuda, se resigna a pedir ayuda para evitar un colapso

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL

Lunes, 22 de noviembre 2010, 10:52

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Los ministros de Economía de la Unión Europea aprobaron ayer, en una reunión que mantuvieron por videoconferencia, la solicitud de Irlanda de un préstamo para asegurar su estabilidad financiera, con el que se pretende detener el creciente deterioro de su deuda en los mercados y contener la posibilidad de que el contagio afecte a otras economías de la UE.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, confirmó que la petición -a la que su Gobierno se había resistido, pese a la crítica situación de su sistema financiero y de su banca- había sido aceptada, pero no ofreció una cifra exacta de su cuantía. Su responsable de Hacienda, Brian Lenihan, afirmó antes de la reunión de urgencia que el Ejecutivo mantuvo en Dublín que rondaría los 70.000 millones. Varias fuentes -entre ellas, el prestigioso diario londinense 'Financial Times'- lo cifraron en torno a los 80.000, de los que 11.000 millones serían aportados por Reino Unido, segú aseguróayer la BBC. El responsable de Economía belga, Didier Reynders, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, se limitó a señalar que será de «menos de 100.000 millones».

El plan de rescate a Irlanda -después de Grecia, el segundo socio comunitario que reclama un salvavidas en apenas medio año- pretende «salvaguardar la estabilidad financiera en la UE y en la Eurozona», explicaron anoche en un comunicado los ministros de Economía , la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. El desbocado déficit del país -el 32% de su PIB- y las millonarias deudas acumuladas por sus bancos, con inversiones arriesgadas durante la burbuja inmobiliaria que ya ha estallado, han disparado el coste de la deuda del país y sembrado la alarma en los mercados. Para colocar sus títulos, el pasado viernes tenía que pagar una prima del 5,4% ante las dudas sobre su solvencia.

El rescate será financiado a través del Fondo Europeo para la Estabilidad, dotado con 750.000 millones. El Reino Unido y Suecia, pese a no pertenecer a la Eurozona, anunciaron su disposición a contribuir mediante créditos bilaterales.

La ayuda permitirá financiar el déficit del Estado y asegurar la capitalización de los bancos, «que serán más pequeños que en el pasado», anunció el 'premier' Cowen. Su ministro de Hacienda afirmó que, a pesar de que el Gobierno tenía las necesidades de financiación cubiertas hasta junio, el deterioro del mercado de deuda irlandesa en las últimas semanas, con tipos superiores al 8%, aconsejaban recurrir a fórmulas más baratas.

El Ejecutivo aprobó también anoche el plan presupuestario cuatrienal, que se ha comprometido a presentar esta misma semana y que forma parte de las exigencias de la UE para movilizar los fondos de estabilización.

Demasiado grandes

Dublín quiere regresar en cuatro años al 3% de déficit -cerrará el año con un 32%- que exige el Pacto de Estabilidad europeo y, aunque la aceptación social de la necesidad del recorte del gasto es amplia, estimaciones independientes consideran que las proyecciones de ingresos fiscales se basan en un pronóstico robusto de crecimiento que pueden pecar de optimistas: 1,75%, 3,25%, 0% y 2,75% para los cuatro próximos ejercicios.

El Gobierno se propone seguir la línea ya respaldada por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, de una reducción de 6.000 millones de euros en el gasto público de 2011 y un total de 15.000 hasta 2014.

Dublín ha logrado preservar el tipo del 12,5% -muy inferior a la media europea- para el Impuesto de Sociedades, que se había convertido en los últimos días en el gran caballo de batalla de la polémica política sobre la pérdida de soberanía del Estado irlandés para administrar sus propios asuntos. Pero la incertidumbre sobre la situación irlandesa afecta especialmente a los bancos, con el Anglo Irish y Allied Irish nacionalizados, el primero en 2009 y el segundo en septiembre de este año. Esa medida y la creación de un organismo semi público que administra los peores activos del sector crea un sistema de vasos comunicantes entre la financiación de los bancos y la del Estado.

Los bancos irlandeses han podido financiar sus operaciones canjeando activos en el Banco Central Europeo (BCE), pero necesitan, según Leniham, reestructurar su capital para atraer nuevos inversores en el futuro. No necesitarán inmediatamente todos los fondos disponibles en el plan de rescate, pero la dotación de una cantidad más amplia, a la que pueden recurrir en caso de deterioro, asegura la estabilidad.

El Gobierno, asediado por la gravedad de la crisis y acusado de falta de transparencia, resiste las peticiones para que dimita. No sería responsable en estas circunstancias, se defendía ayer el ministro Leniham, que insiste en que las medidas adoptadas en 2008 fueron acertadas. «Han fracasado solo en el sentido de que los bancos eran un problema demasiado grande para el país», dijo.

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