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Un operador de la Bolsa de Nueva York./Afp
La Reserva Federal inyecta 600.000 millones para reactivar a EE UU
complicada situación de la economía norteamericana

La Reserva Federal inyecta 600.000 millones para reactivar a EE UU

Expertos alertan de que esta medida no servirá para crear empleo y, por contra, podría disparar la inflación

JUAN PABLO NÓBREGA

Jueves, 4 de noviembre 2010, 09:30

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Presionada por los mercados, pero también por otras voces críticas del mundo económico a causa de la lenta reacción con que Ben Bernanke ha encarado en los últimos meses la complicada situación de la economía norteamericana, la Reserva Federal estadounidense (Fed) superó ayer todas las expectativas al aprobar la compra de bonos del Tesoro por 600.000 millones de dólares (425.000 millones de euros al cambio actual). Las hipótesis de los expertos apuntaban a una ayuda algo menor, en torno al medio billón de dólares.

Asimismo, la Fed decidió mantener una vez más los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, un nivel mínimo donde permanece desde diciembre de 2008, e insistió en que mantendrá el nivel excepcionalmente bajo de los tipos durante un periodo «prolongado» de tiempo debido a las condiciones económicas.

Las nuevas medidas extraordinarias de estímulo estarán en vigor hasta junio del próximo año y serán distribuidas a razón de 53.000 millones de euros mensuales. El anuncio tuvo un impacto inmediato en la cotización del dólar, que llegó a tocar los 1,41 euros al cambio, si bien en la Bolsa la medida no fue recibida con grandes cambios.

Como justificación de la iniciativa, la Fed señaló que la compra está dirigida a provocar la bajada de las tasas sobre hipotecas y otras deudas, ya que el aumento del precio de los bonos repercute en el abaratamiento de la financiación de empresas y familias.

La intención es que un crédito más barato estimule el gasto de los consumidores y la subsiguiente creación de empleos por las empresas. La institución financiera ha matizado que está dispuesta a hacer las correcciones que sean necesarias según la evolución de los principales parámetros económicos.

La compra masiva de bonos del Tesoro es una medida poco convencional denominada 'Quantitative Easing' ('expansión cuantitativa'), y algunos medios, como el 'Wall Street Journal', consideran que solo sirve para poner en marcha la máquina de imprimir billetes. Muchos analistas advierten de que no funcionará para acelerar el empleo y, sin embargo, sí es probable que dispare la inflación.

Entre los expertos que se han opuesto abiertamente a esta medida están el antiguo asesor de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton, John Taylor, ahora profesor de la Universidad de Stanford, y Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y profesor de la de Columbia. Para Taylor, en vez de lanzar la compra de deuda pública, el Gobierno debería presentar medidas alternativas, como no subir los impuestos y frenar la imposición de nuevas regulaciones. Stiglitz pone el acento en un nuevo plan de gasto público y en menos impuestos.

Escaso crecimiento

Pero la Fed parece determinada a seguir adelante con esta 'expansión cuantitativa', una medida a la que ya recurrió a comienzos de 2008 cuando adquirió unos dos billones de dólares en bonos del Tesoro. El objetivo de tal acción es aumentar los precios de la deuda de entre dos y diez años, y reducir en paralelo la rentabilidad, que se mueve de forma inversa al precio.

La rentabilidad de la deuda se toma como referencia para los préstamos a largo plazo, de manera que si se reduce, podría animar a las familias a gastar y a las empresas a invertir. Un aumento de inversiones y gastos estimularía la recuperación económica iniciada a mediados de 2009, después de la recesión más profunda y prolongada en Estados Unidos desde los años 30.

La Fed necesita actuar rápido, pues Estados Unidos está creciendo a una tasa anual del 2%, y se calcula que para generar empleo debe crecer a cerca del 5%. En la actualidad, la tasa de desempleo está en el 9,6%, una cifra alta en un país donde no existe una buena cobertura para quien no tiene trabajo.

Además, la tasa de inflación está tan bajo control, por debajo del 2 %, que hay incluso riesgo de deflación, es decir, de una caída de los precios. La deflación tiene efectos perniciosos en la economía, porque la perspectiva de una caída de precios paraliza totalmente el consumo.

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