Borrar
Gemma Zabaleta, en su despacho durante la entrevista. :: IGOR AIZPURU
«No sería razonable un Departamento de Empleo sin las políticas activas»
Gemma Zabaleta | Consejera de Empleo y Seguridad Social

«No sería razonable un Departamento de Empleo sin las políticas activas»

«La elevada temporalidad y la falta de flexibilidad han favorecido el recurso al despido», advierte la consejera

JOSÉ LUIS GALENDE j.l.galende@diario-elcorreo.com

Sábado, 2 de octubre 2010, 05:01

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La consejera de empleo, Gemma Zabaleta, defiende como mérito de su Gobierno el haber logrado la transferencia de las políticas activas de empleo, pese a la negociación del PNV con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Da la bienvenida al partido jeltzale por respetar las «líneas rojas» de este proceso y rehusa comentar la dotación presupuestaria de las bonificaciones de los contratos, objeto de polémica durante los últimos días y sobre la que ya se ha pronunciado el lehendakari, Patxi López. La consejera se jugaba mucho con esta transferencia, dado que no veía «razonable» la existencia de su Departamento si no lograba su principal objetivo: las competencias sobre la materia.

- ¿Cuándo se va a firmar el traspaso de las políticas activas de empleo?

- Estamos casando las agendas para la reunión de la Comisión Mixta de Transferencias. Nuestra voluntad es que sea con la máxima inmediatez porque hay tareas que hacer aquí, como modificaciones legales, la publicación del estatuto de Lanbide, etcétera. Hemos trabajado en el diseño de Lanbide durante este año de retraso, que fue consecuencia del veto del PNV a la transferencia en 2009, y por ello podremos poner el servicio en marcha el 1 de enero. En cualquier caso, hablamos de un plazo de días para la firma.

- ¿Está ya todo listo para asumir las competencias, a falta de la publicación oficial del traspaso?

- El modelo de Lanbide está diseñado y acordado con los agentes sociales. Esto no se puede instalar de la noche a la mañana y a lo largo de los próximo años se producirá el despliegue de instalaciones, reordenación y consolidación del personal, e incluso la contratación de nuevos profesionales. La configuración estará basada en unos servicios centrales y una red de oficinas comarcal, muy pegada a las necesidades zonales.

- ¿No se han sentido la consejera y el Gobierno vasco convidados de piedra en la negociación de esta transferencia, cerrada por el PNV con el Gobierno central?

- No. Niego la mayor. Primero porque marcamos la prioridad política de la transferencia, algo que no habían hecho los gobiernos anteriores. Luego, iniciamos la negociación y los trabajos. Hemos pedido reiteradamente al PNV que no tuviera una actitud obstruccionista, sino constructiva y que se sumara al consenso. Tenemos que felicitarnos porque este partido haya planteado una negociación al Gobierno español de una transferencia en los términos de la hoja de ruta que había establecido el Ejecutivo vasco, sin saltarse las 'líneas rojas' y sin seguir perjudicando los intereses de la sociedad y desempleados vascos. ¿Quién ha ganado aquí? Ganamos todos, la sociedad vasca en su conjunto, sobre todo si se compara con el coste de la no transferencia. El Gobierno vasco es ahora más fuerte y está más consolidado con esa competencia.

El PNV, último en llegar

- ¿Ha resultado incómodo que la negociación la lleven otros y no el Ejecutivo de López?

- Pero es que la ha llevado el Gobierno vasco durante todo este tiempo. Que en última instancia, en una negociación exprés, el PNV haya tenido un interés especial en introducir y culminar este proceso es algo que tampoco nos tiene que incomodar. Si el 1 de enero podemos abrir Lanbide es porque hemos seguido trabajando a pesar del veto del PNV del año pasado. Si este partido ha querido hacer bandera de la transferencia, ¡bienvenido!, porque nosotros nunca hemos hecho dejación de ese objetivo.

- ¿Ha pensado alguna vez en dimitir si la transferencia no se realizaba?

- Una dimisión es una renuncia personal a algo y aquí hay cosas que trascienden a esa decisión individual. Tener un Departamento de Empleo sin la competencia más importante no sería razonable en esta época de crisis. No me parecería presentable, por una cuestión de principios. La no transferencia iría contra la racionalización que defiendo en la Administración. Hemos pasado 20 años duplicando la competencia del Estado, tanto a través de Lanbide y Egailan -Gobierno vasco- como de los ayuntamientos y diputaciones. Nos hemos acostumbrado a multiplicar por tres muchos planes y programas en este país. Si no hay una racionalización profunda de las administraciones no podremos abordar las tareas pendientes en sanidad, educación, servicios sociales, infraestructuras... En esta crisis, ese es un lujo que no podemos permitirnos ni un día más. No podemos duplicar el gasto ni siquiera de un euro.

Cambios de calado

- ¿La Ley de Empleo reordenará las políticas activas, ahora distribuidas entre diferentes instituciones?

- Esa norma tiene que recoger dónde se residencia la competencia, que es Lanbide, y la colaboración con las entidades privadas y las administraciones. Entiendo que los ayuntamientos, desde su papel de dinamizadores de su propia zona, tienen mucho que aportar. Nosotros pensamos en un Lanbide que prime muchísimo los procesos de activación personal, la corresponsabilidad. No queremos una Euskadi subsidiada y tampoco tener a la gente entretenida en una formación que no mejora su situación con respecto al tejido productivo. Por eso, la vinculación con el área de Industria es fundamental.

- ¿Ve posibilidades de que el Ejecutivo central dé marcha atrás en la reforma laboral y en sus planteamientos sobre las pensiones?

- La reforma es la que se ha aprobado y no creo que haya cambios. Creo que el marco regulatorio es sólo una parte de las cosas que hay que modificar para una gran cambio de país y es desalentador que el PP no tenga proyectos o modelos alternativos a los del Gobierno. Son necesarios cambios de calado. El marco legal no es la causa de la crisis, pero ayuda a que ésta se exprese de una forma o de otra. La alta tasa de temporalidad y la escasa adaptabilidad interna de las empresas han favorecido una flexibilidad muy patológica, que es el despido. Todo esto lo comparten sindicatos y empresarios. Por ello, creo que es necesario retomar el diálogo social para reformar las pensiones, las políticas activas y la negociación colectiva. Es necesario un gran cambio cultural sobre las relaciones laborales y el empleo. O ganamos todos o perdemos todos. Hay que introducir nuevas cosas en la negociación colectiva que incidan en la competitividad de las empresas.

- ¿Cree necesario un cambio en las pensiones ante la realidad demográfica? ¿Comparte al idea de buscar financiación para ellas fuera de las cotizaciones?

- En ningún lugar se dice que las pensiones deban ser financiadas sólo con los fondos de la Seguridad Social. Pero es mucho más importante crear más empleo. Tenemos que pensar en cómo incorporar al mercado laboral a los jóvenes en paro, que dejaron la enseñanza de manera muy temprana por un empleo en sectores de muy poco valor añadido. Hay que recuperarlos para la formación, y eso requiere esfuerzo y recursos. Gran parte del futuro de las pensiones pasa por más personas cotizando y trabajando y, por otro lado, no tiene demasiado sentido que pensemos que el abuelo prolongue su vida laboral más allá de los 65 años, mientras que su nieto con 20 años está en parado.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios