La Policía Local, al ralentí

Se consumó la amenaza. Los diferentes turnos de la Policía Local aprobaron ayer el inicio de una huelga indefinida de brazos caídos. Ésta será la principal medida de presión para protestar contra el recorte de sus salarios y de las compensaciones por bajas laborales, también sufridos por el resto de funcionarios municipales. Y, de paso, representa una nueva vuelta de tuerca al pulso mantenido entre las centrales sindicales y la jefatura, con el edil socialista José Manuel Bully a la cabeza.

Al cierre de esta edición, las dos asambleas convocadas, estuvieron presididas por la disparidad de criterios respecto a las posturas a adoptar. Mientras un sector abogó por aparcar cualquier movimiento, otro -liderado por los representantes sindicales- se movió justo en la dirección contraria. Finalmente, los segundos se salieron con la suya.

De esta manera, desde ayer mismo, los efectivos policiales comenzaron a hacer la vista gorda ante las infracciones de tráfico. Esto significa que no sancionarán faltas como dobles filas, aparcamientos en lugares indebidos y un largo etcetera. El año pasado, la Policía Local recaudó alrededor de nueve millones de euros por este cauce.

Pero el pulso va más allá. Los sindicatos pidieron a las bases que se negaran a participar en los refuerzos festivos. Estas horas extras suponen una jugosa inyección de económica para las nóminas de los agentes. No obstante, ante la oposición de la mayoría se dejó a la decisión personal de cada guardia el presentarse o no a este servicio adicional.

De momento, el turno de mañana se ha negado a reforzar el servicio nocturno de hoy. En fiestas de La Blanca, en cambio, todo indica que sí habrá esos refuerzos.

Con el brazo vendado

También se apalabraron una serie de actuaciones simbólicas «y llamativas» para protestar por los recortes salariales. En especial contra las bajadas que sufrirán aquellos que cojan alguna baja laboral. Este tijeratazo ha sentado especialmente mal entre la plantilla municipal. De ahí que se solicitara a los policías que el próximo día 4 de agosto, cuando arranquen las fiestas de la Virgen Blanca, todos luzcan un brazo vendado en señal de protesta.

La llegada de la nueva promoción -integrada por una treintena de novatos- a partir del día 2 «minimizará» cualquier efecto durante La Blanca'10, advierten mandos policiales. Todo cambiará, sin embargo, desde el día 10.