Da una patada en la cabeza a la hija de su compañera en Usurbil

Primero son gritos e insultos. Y de ahí a la agresión hay una delgada línea que algunos cruzan, como lo hizo el hombre que ayer fue detenido por la Ertzaintza en la localidad guipuzcoana de Usurbil después de que propinase una patada en la cabeza a una menor de 15 años, hija de su compañera sentimental.

Ocurrió a las dos y media de la madrugada. A esa hora, varios vecinos de la localidad comunicaron a una patrulla de la Policía autónoma que un varón había agredido a una menor. Los agentes que acudieron al lugar detuvieron al presunto atacante, un ciudadano de 37 años procedente de un país del Este que ayer mismo fue puesto a disposición judicial por un delito de violencia de género.

La joven vivía con su madre y el agresor desde hacía varias semanas en el mismo piso. Su corta estancia en la vivienda no había sido fácil. Durante todo este tiempo había recibido constantes insultos y amenazas del compañero sentimental de su madre, según constataron los agentes de la Ertzaintza.

En esta ocasión, la discusión comenzó el domingo en el domicilio y prosiguió ya de madrugada en la calle donde el individuo pasó de los gritos a los golpes. La menor recibió una patada en la cabeza y tuvo que ser trasladada a un hospital para ser examinada, aunque su estado no reviste gravedad. Según declararon algunos testigos, el detenido llegó a esgrimir un cuchillo que no llegó a utilizar.

El que sí lo hizo fue un hombre de Salamanca, que asestó nada menos que 20 cuchilladas a su compañera, que milagrosamente logró sobrevivir. Este nuevo episodio de violencia de género se produjo en el bar que la pareja regentaba. Los propios clientes del establecimiento hostelero avisaron a la Policía para alertar del apuñalamiento, ocurrido al filo de la una y media de la madrugada de ayer. La víctima, de 40 años, presentaba heridas en el abdomen, tórax, piernas y brazos. Los servicios de emergencia trasladaron a la víctima al hospital Clínico Universitario, donde fue intervenida de urgencia.

Los policías hallaron al presunto agresor en el interior del bar, donde confesó su autoría y admitió que se había autolesionado después de abalanzarse sobre su compañera. «Tenía también cortes en ambos antebrazos y manifestó a los funcionarios que había hecho mucho daño a su pareja», explicó un agente.