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TERESA VILLAVERDE
Martes, 6 de julio 2010, 10:51
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La manifestación de los afectados por el cierre del matadero de Zorroza derivó ayer en una trifulca entre los asistentes a la protesta y defensores de los animales, que acudieron al rescate de las codornices vivas que se iban a repartir entre los curiosos.
Provistos de jaulas, los participantes en la movilización se reunieron frente a la sede del Gobierno vasco en Bilbao. Habían llevado a los animales hasta allí con la idea de «llamar la atención para que se vuelva a abrir el matadero», según explicó Jon Zorotza, representante de la plataforma en contra del cierre. Sin embargo, Diego Romero, presidente de Acción Animalista, tenía otro punto de vista respecto a la original iniciativa. «Nosotros no utilizamos animales en las protestas, sino pancartas. Además, es ilegal según el artículo 5 de la ley del País Vasco», reivindicaba.
Este artículo, que diversos activistas blandían como arma, pertenece a la Ley de Protección Animal de 1993 y prohíbe utilizar animales «como reclamo publicitario, premio o recompensa». Los manifestantes alegaban que ellos no estaban sirviéndose de las aves para tales fines. Pero los activistas arremetieron de nuevo mostrando este avez el artículo 4 de dicha ley, donde se precisa que es necesaria una autorización para usar animales en manifestaciones populares. «Les hemos preguntado y dicen que tienen el permiso, pero no lo enseñan», se quejaba una defensora de los derechos de los animales. Zorotza ignoraba tales quejas: «Que vayan al Gobierno vasco. ¿Quiénes son ellos para pedírnoslo?». Los ecologistas volvían a la carga y Diego Romero repetía que la Policía, presente durante la trifulca, «no tenía noticia» de la participación de animales en la movilización. La Policía Municipal, por su parte, obligada a tomar parte en la discusión, aseguró que no era su cometido tener constancia de dicho acto, sino regular el tráfico mientras durase la protesta.
El debate espontáneo ahogó la reivindicación principal. Aun así, Jon Delgado, ganadero representante del gremio, persistía en su discurso. «Los ganaderos estamos perdiendo mucho. Ir a Zorroza eran 30 euros por animal, ir a Guipúzcoa ahora son 220», calcula. Pero no podía competir con el protagonismo de las codornices y las jaulas. El momento álgido llegó cuando los manifestantes repartieron las aves. Un corrillo de viandantes se acercó para conseguir su ejemplar. Los activistas también y lograron 'rescatar' a una veintena de las 50 aves repartidas. Perplejos ante el boicot, los manifestantes olvidaron su protesta para gritar una improvisada consigna: «¡Ecologistas, a trabajar!».
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