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Luis Chillida contempla una pieza de su padre. :: LUIS MICHELENA
Chillida-Leku celebra diez años de hierro y piedra
CULTURA

Chillida-Leku celebra diez años de hierro y piedra

Una exposición bautizada 'La colección' recorre la vida y obra del artista guipuzcoano

TERESA FLAÑO

Jueves, 1 de julio 2010, 04:56

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. Septiembre será una fecha señalada en la vida de Chillida-Leku: el museo ideado por el escultor cumple diez años. Y una manera de celebrar la efeméride es con una exposición algo distinta a las habituales en ese espacio mágico que es el caserío Zabalaga. Con un título tan simple como 'La colección' se realiza un recorrido a la historia de cómo surgió el museo, los motivos que impulsaron a Eduardo Chillida y a su mujer, Pilar Belzunce, a crearlo. En definitiva, se cuenta la vida, la obra, el pensamiento y las claves del artista.

Uno de sus hijos, Luis Chillida, explica que «se ha hecho hincapié en la colección, como se gestó la vuelta de la obra a sus orígenes, tras la compra del caserío. A través de él, que en sí mismo es una obra de arte, se puede entender la trayectoria y por qué decidimos que estas obras debían estar juntas». Todas las piezas expuestas, con el comisariado de Ignacio Chillida y Estela Solano, pertenecen al museo. «No está toda la colección, pero sí las obras más grandes. Faltan algunos grabados o figuras pequeñas. El espectador habitual se encontrará un museo diferente».

A través de unos paneles instalados en el interior de Zabalaga se explica cómo surgió este proyecto mediante un recorrido biográfico por la figura del artista. Solano califica la muestra de especial «porque abarca todo el museo y surge de una profunda reflexión, buscando al mismo tiempo darle la forma más didáctica posible». Fue en la forja de Manuel Illarramendi, en Hernani, donde se inició el camino artístico del escultor, con el surgimiento de un nuevo lenguaje personal a partir del hierro en 1951. Al mismo tiempo comenzó a formularse, de forma no consciente, el germen de la colección, que ya cobró sentido en los años 80 con la compra de Zabalaga.

Obras monumentales

La exposición comienza con Zabalaga como protagonista. «Supuso no sólo el nuevo encuentro con sus raíces vascas, sino el cierre de un ciclo vital y la máxima manifestación de su creación». En uno de los paneles se recogen las intenciones de Chillida en 1986: «Lo llevaré a cabo, pero sin marcar fechas. He comenzado a guardar obra, pero este maravilloso caserío no será un museo sino la señal de que soy de allí. No quiero una reconstrucción, sino dejarlo firme y seguro tal y como está para llenarlo de una estructura contemporánea donde se vea el hoy y el ayer».

A continuacion hay una reflexión sobre la propia colección, cuyo nacimiento estuvo marcado por dos circunstancias fundamentales: la compra del museo y el fallecimiento de su marchante habitual y amigo, Aimé Maeght, que le apoyó desde sus inicios. También se explica el proceso de adquisición de varias esculturas fundamentales de la década de los 50, que completaron el discurso sobre su trayectoria.

Poco después de la apertura del Museo Chillida-Leku, la colección tomó su estructura actual con el acotamiento de una serie de esculturas, dibujos, collages, grabados y gravitaciones, como resultado de la selección de obras determinantes en la trayectoria del escultor.

Un papel relevante han tenido las obras monumentales, creadas para proyectos públicos en diversas ciudades europeas. «Sin embargo, por las dificultades que a veces conllevan este tipo de proyectos, hoy forman parte de la colección. Su situación estratégica e integración en el entorno conforman una de las imágenes más representantivas del espacio», se señala en los paneles. Esta piezas expresan el cuestionamiento del espacio y la materia, mostrando el hierro y la piedra de un modo natural.

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