Gámez recupera el anonimato en Barcelona

El de Vilalta y Pascual no es aún el secuestro más largo de Al-Qaida en el norte de África. El matrimonio austríaco formado por Andrea Kloiber y Wolfgang Ebner pasó 252 días, más de ocho meses, en el norte de Mali, donde sufrieron el verano del Sáhara. El mismo verano que ahora se aproxima para los españoles y cuyas temperaturas, aseguró Sergio Cicala, el italiano secuestrado por AQMI junto a su mujer y liberado el pasado 16 de abril, ponen en riesgo la seguridad de los cooperantes catalanes. «Tiene que haber una solución rápida porque la salud de los españoles está en peligro», apremió Cicala, ya libre. Su esposa, Filomene Kaburé, reconoció que, aunque la pareja estuvo en manos de una célula distinta a la que retiene a Vilalta y Pascual, las condiciones del desierto son las mismas para todos, y «el calor es un auténtico problema».

Las últimas noticias de primera mano que se tienen de los españoles fueron las que dio su compañera de cautiverio, Alicia Gámez, quien aseguró que ambos se encontraban bien, aunque Vilalta fue herido de bala en su pierna izquierda durante su captura.

Desde que Gámez volvió a Barcelona, gracias a la fructuosa negociación encabezada por un consejero del presidente de Burkina Faso, poco o nada se ha sabido de ella. La funcionaria de juzgado pidió tranquilidad e intimidad y apenas se ha cruzado un par de emails con sus compañeros, para agradecer el apoyo y dejar constancia de que se encuentra bien.