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MARTA ARANBARRI
Viernes, 9 de abril 2010, 04:33
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El antiguo edificio de Correos y Telégrafos que se ubica frente a la Casa Consistorial de Durango será derribado en los próximos meses. La incógnita que rodea a este edificio desde que la empresa postal abandonara el lugar, hace ya varios años, parece haberse despejado definitivamente. Frente a la opinión de quienes apostaban por mantener en pie el edificio para poder paliar la escasez de locales municipales que sufre la villa, PNV y PSE-EE se han decantado por llevar a cabo el proyecto de ampliación de la plaza que se debate desde hace varias legislaturas.
Este acuerdo, fruto del pacto presupuestario entre esos dos partidos, zanja cualquier tipo de especulación sobre la utilidad que se le puede dar a uno de los edificios más cuestionados del Casco Viejo de Durango. De hecho, en su día se llegó a hablar de este espacio como posible sede de oficinas municipales y asociaciones.
En el otro extremo, los argumentos más esgrimidos por quienes defienden su demolición son que el inmueble rompe la «estética» de ese entorno. «Es una mole que no pinta nada ahí, frente a un edificio tan bonito como es el Ayuntamiento», explican. En la decisión también ha pesado el hecho de que se trata de un edificio que se encuentra fuera de ordenación al no cumplir con las alineaciones debidas.
Durante treinta años
Una vez que su derribo parece inminente, los planes de los responsables municipales pasan inicialmente por ganar espacio para la plaza conocida como la del Ayuntamiento. «Más adelante, si hace falta, se construirá otro edificio en el lugar, pero de otras características», señalaron las concejalas socialistas Pilar Ríos e Idoia Agorria al anunciar el acuerdo.
De momento, los presupuestos municipales para 2010 contemplan una partida de 94.400 euros para la demolición de un inmueble en el que la compañía Correos y Telégrafos permaneció durante alrededor de 30 años. Anteriormente sus oficinas se ubicaban en Goienkale y ahora se encuentran en Pedro Pablo Astarloa. Como consecuencia del traslado, los locales pasaron a ser de propiedad municipal.
Una de las asociaciones de Durango que con más interés ha seguido la trayectoria de este inmueble es la que aglutina a los vecinos del casco viejo. Las pasadas elecciones municipales, en un cuestionario que este colectivo envió a todos los partidos políticos, se preguntaba por su futuro y la mayoría de las respuestas coincidía en que debía utilizarse para diferentes usos. El PNV, por ejemplo, hablaba de que iba a ser «ocupado provisionalmente por algunas asociaciones para el desarrollo de actividades sociales», algo que finalmente no ha ocurrido.
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