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Contador entra desencajado en la meta del Ospedale. :: AFP
Contador se ahoga
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Contador se ahoga

«No se puede ganar siempre», dice el madrileño, frenado por la alergia cuando atacó Fedrigo, el vencedor

J. GÓMEZ PEÑA

Domingo, 28 de marzo 2010, 05:49

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Dicen las guías turísticas que Córcega huele a tomillo, pino, castaño, lavanda y mar. Desde el cielo, la isla parece un tiesto copado de verdes. Y, claro, florece en primavera. Tanta naturaleza de repente que no cabe por la nariz de los alérgicos. Alberto Contador llevaba todo el día respirando el polen de las cunetas y los ribazos. Cuando la primera etapa del Criterium Internacional entró en el parque nacional que contiene la subida al puerto del Ospedale, la alergia del madrileño empezó a estrangularle. «Iba bien, pero a tres kilómetros de la meta -cuando atacó Moncoutié- se me han bloqueado las piernas. No respiraba bien y le he dicho a Vinokourov que pare», contó. Y se ahogó. Cedió un minuto y 14 segundos al vencedor, el francés Fedrigo, y todas sus opciones en esta carrera que concluye hoy. Será su primera derrota del año. Le pudo un enemigo diminuto: el polen. «No hay nadie imbatible», concluyó el madrileño. Ni él. «No se puede ganar siempre», dijo. Ni Contador.

Para cuando la garganta del madrileño comenzó a silbar, el otro foco mediático, Lance Armstrong, había desistido ya. Dos kilómetros antes, el estadounidense había aflojado sus piernas. «Estaba previsto. Sabíamos que Lance no estaba a tope, así que ha subido a su ritmo», explicó Alain Gallopin, el director del RadioShack. A su marcha. A cinco minutos de Fedrigo: el americano cedió un minuto por kilómetro. Goteo intenso. Gallopin aprovechó los micrófonos que le preguntaban sobre Armstrong para hablar de Contador, de quien fue técnico el año pasado en el Astana. El preparador galo lanzó su dardo: «¿Alergia? Eso me sorprende. Cuando estaba en el Astana no sabía nada de que Alberto tuviera alergias». Más madera en la lucha dialéctica entre el madrileño y el americano.

Llevaba el ciclismo de élite casi tres décadas alejado de la isla. Así que ayer fue fiesta en la salida de Puerto Vecchio. Era como asistir a un prólogo corso del próximo Tour. Pegaban el sol y el viento: los mejores animadores para el polen. Allí, sin mirarse, estaban Contador y Armstrong. Enemigos para siempre. Todos se fijaban en ellos, pero los primeros protagonistas de la etapa fueron Pineau y Timmer. Hasta diez minutos de ventaja tuvieron. Hasta que el Astana de Contador y el BMC de Evans se los quitaron. Luego se largaron Feillu, Roland y Champion. Y los atrapó el Euskaltel-Euskadi de Samuel Sánchez. La carrera definía a sus favoritos. Sobre todo, a Contador, que incluso había arañado tres segundos en las bonificaciones intermedias. Voraz. A la última subida, la más dura, la de Ospedale y el parque nacional, llegaron todos los candidatos en grupo. Armstrong, a la cola; Contador, en cabeza. Tiraba el Astana.

Hoy, contra el cronómetro

El azul celeste del equipo kazajo sólo dejó marchar a Lagutin, un uzbeko persistente. Otro ciclista de lejos, Vinokourov, se puso al servicio de Contador a cinco kilómetros del final. Ese impulso descolgó a Armstrong, que únicamente piensa en julio y el Tour. La emoción estaba ya sólo en saber cuándo iba a descorcharse Contador, invicto en lo que iba de temporada. Moncoutié, a 2,5 kilómetros de la meta, encendió la mecha. Fedrigo y Machado respondieron, como luego David López. Y Contador, que les miraba, de repente desapareció. «La alergia», alegó. El invisible polen: miles de granos por metro cúbico en esta primavera no apta para asmáticos. Ni la tirita que le cruzaba la nariz le abría las vías respiratorias. «Me da pena sobre todo por el equipo, que ha trabajado muy bien», lamentó el madrileño. No se le vio más. Hoy, en la crono de 7,7 kilómetros, no podrá recuperar la desventaja.

Por el triunfo en la primera derrota anual de Contador lucharán otros. Fedrigo, en especial. El francés de tremenda nariz y buen olfato para ganar etapas como la que se llevó en el pasado Tour. Tiene once segundos sobre el luso Machado, gregario de Armstrong, y quince sobre Samuel Sánchez, tercero ayer y bien escudado por Intxausti en la subida final. A la misma distancia figuran dos especialistas australianos contra el cronómetro: Evans y Rogers. A ellos no los eliminó el polen. Aún respiran en el Criterium de la isla.

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